Los mismos según denunciaron en la Senad, revelaban informaciones a los narcotraficantes de la zona de Itapúa sobre presencias de agentes especiales en los lugares de allanamientos o trabajos de inteligencia.
Almada era jefe regional de Encarnación y Arrúa miembro permanente de Asunción. Este último era quien filtraba las informaciones de la capital al jefe de Encarnación, quien hacía supuestamente de campana para los narcotraficantes.
Según las investigaciones, los mismos habrían ofrecido protección a los hermanos Bareiro Vargas, dado que ambos se encontraban prófugos tras haber sido procesados por tráfico de drogas en San Pedro del Paraná.
Mediante las pruebas sensitivas se pudo comprobar que los agentes se mantenían en contacto con los líderes de narcos. Los hermanos Bareiro Vargas componían la mayor estructura de envió aéreo de droga a Chile, Uruguay y Argentina, desde Itapúa.