Alcides Villasboa Peralta, alias Ropero, quien sería el autor intelectual del atentado en el festival Ja’umina y el suboficial de la Policía Nacional Júnior Peralta, quien supuestamente trasladó al sicario hasta el Anfiteatro José Asunción Flores, se abstuvieron este martes de prestar declaración indagatoria ante la Fiscalía.
La fiscala Alicia Sapriza adelantó que en horas de la tarde de este martes presentará la imputación contra ambas personas y solicitará la prisión preventiva para ellos.
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Mientras que los otros dos detenidos identificados como Anderson González y Mario Dener Lopes sí declararon y afirmaron que no tuvieron participación en el hecho. La Fiscalía no encontró suficientes elementos contra ellos que los vinculen con el caso y se dispondrá la libertad de estas personas hasta tanto avance la investigación.
“Hoy por hoy en la etapa procesal en la que estamos y con los elementos que contamos no tenemos suficientes elementos que los vinculen de manera directa al hecho que estamos investigando”, expresó a los medios de comunicación.
El caso
El trágico suceso ocurrió el 30 de enero en el concierto Ja’umina que fue realizado en el Anfiteatro José Asunción Flores en la ciudad de San Bernardino, Departamento de Cordillera.
En aquella ocasión, fallecieron Marcos Rojas Mora, el principal objetivo del ataque, y la modelo e influencer Cristina Vita Aranda. Además resultaron heridos José Luis Bogado Quevedo, Marcelo Monteggia, Xoana Barrientos, Jorge Benítez y Sady Aline Bonzi.
El fiscal Marcelo Pecci explicó este lunes que la principal hipótesis que se maneja es que Ropero debía dinero a Rojas Acosta, quien le habría proveído 18 kilos de cocaína a USD 3.600 el kilo; es decir, USD 64.800.
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Rojas —según la versión de los intervinientes— realizó varios reclamos a Villasboa para que le pague la deuda y este, al parecer, no hizo caso. Entonces, recurrió al cuadro de disciplina del Primer Comando Capital (PCC) para que pueda mediar en el caso.
Los altos miembros de la organización emplazaron a ambos para que arreglen su situación, presumen los investigadores.
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Este hecho habría molestado a Ropero y supuestamente lo llevó a decretar la muerte de Marcos Rojas Mora.
Los fiscales detallaron que Villasboa sería un traficante que opera en la ciudad de Pedro Juan Caballero, Departamento de Amambay, y también operaría junto a su hermano y otros familiares. Ropero tiene cultivos de marihuana en sociedad con un tal Victorino Gómez y el policía Júnior Peralta Díaz, según la investigación.
Un solo sicario y una única pistola calibre 9 milímetros se utilizó para el caso, confirmó el fiscal Lorenzo Lezcano, otro de los investigadores designados por el Ministerio Público.