Gracias a sus siete premios, Drexler fue el artista más reconocido de una ceremonia que también sirvió para encumbrar la carrera de la española Rosalía por su disco Motomami, que fue condecorado como Mejor Álbum del Año. La española se embolsó otros tres premios más en las categorías de Mejor Ingeniería de Grabación para un Album, Mejor Álbum de Música Alternativa y Mejor Diseño de Empaque por el mismo trabajo discográfico. “Me tomó tres años hacerlo, yo pensaba que iba a ganar otra vez Jorge. (...) Felicidades, Jorge”, bromeó la cantante.
Antes del inicio de esta entrega, las miradas estaban puestas en el puertorriqueño Bad Bunny, cuyo último proyecto musical –Un verano sin ti– fue tal éxito comercial que todo hacía indicar que arrasaría en esta gala celebrada en el recinto Michelob Ultra Arena de Las Vegas (EEUU).
El Conejo Malo, quien ni siquiera asistió al evento, acabó haciéndose con cinco gramófonos latinos a pesar de haber sido el más nominado de esta edición con diez candidaturas. El fiasco de Benito Martínez Ocasio, nombre real del artista, se produjo porque no pudo imponerse en ninguna de las tres categorías más relevantes con las que la Academia Latina de la Grabación laurea a sus músicos del momento: el premio a la canción del año, el relativo a la grabación y el mejor álbum de dicha temporada. EFE