Las organizaciones de derechos humanos estiman que esa campaña durante su mandato (2016-2022) se cobró la vida de decenas de miles de personas, en su mayoría hombres pobres, a menudo sin pruebas de su vínculo con el narcotráfico.
Duterte, de 79 años, debe ser transferido a la sede de la CPI, que abrió una investigación sobre esta campaña que comenzó en 2016.
“El vuelo salió del espacio aéreo filipino”, confirmó el jefe de Estado, Ferdinand Marcos, durante una rueda de prensa poco después del despegue.
“El avión se dirige a La Haya, en Países Bajos, para que el ex presidente responda a las acusaciones de crímenes contra la humanidad en relación con su sangrienta guerra contra las drogas”.
El ex gobernante se enfrenta un cargo de la CPI por “crimen contra la humanidad por asesinato” por la campaña contra las drogas, que llevó a cabo durante su presidencia.
AUDIENCIA. Tras el despegue del avión en Manila, la CPI confirmó haber emitido una orden de arresto. “Una vez que el sospechoso está bajo custodia de la CPI, se programa una audiencia de comparecencia inicial”, declaró Fadi Abdullah, portavoz de la Corte. Duterte exigió conocer el fundamento de su arresto, en un video publicado en la cuenta de Instagram de su hija menor, Verónica.
“¿Cuál es la ley y cuál el crimen que cometí? Muéstrenme el fundamento legal por el cual estoy aquí”, declaró en el video. Me trajeron aquí no por mi voluntad, sino por la de otro. (...) Tienen que responder por la privación de libertad”, agregó.
No se reveló el lugar donde se grabó el video, aunque su partido divulgó una foto que indica que estaba detenido en la Base Aérea Villamor, contigua al aeropuerto de Manila.
Por su parte, la vicepresidenta filipina e hija del ex presidente, Sara Duterte, confirmó que el plan era trasladarlo rápidamente: “Mientras escribo esto, está siendo llevado a la fuerza a La Haya esta noche. Esto no es justicia, esto es opresión y persecución”, manifestó en un comunicado.
Duterte fue detenido en el aeropuerto de la capital tras un breve viaje a Hong Kong.
Hablando el domingo a miles de trabajadores filipinos en Hong Kong, el ex presidente condenó el proceso en su contra y calificó a los investigadores de la CPI como “hijos de puta”, aunque dijo que “aceptaría” la detención.