Nicanor Duarte Frutos, ex presidente de la República (2003-2008) y virtual director paraguayo de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), siempre mantuvo buenas relaciones con las autoridades argentinas pertenecientes a los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. De hecho, Duarte Frutos era embajador paraguayo en Buenos Aires cuando se negoció, en 2014, la cuestionada cogestión paritaria en la hidroeléctrica.
Julio de Vido, ex ministro de Planificación de Argentina entre 2003 y 2005, fue el primer procesado por varios hechos de corrupción. Él y Thomas fueron los máximos responsables de negociar la cogestión en representación de los argentinos. Esta figura es implementada por la Nota Reversal 6/14 (que modifica el Anexo A del Tratado), recientemente aprobada en el Congreso paraguayo.
Al aplicar este documento se desecha la alternancia de los directores de ambos países en la Dirección Ejecutiva cada cinco años, que fijaba el Tratado original. Es decir, el titular paraguayo ya no podrá controlar las operaciones, el flujo de dinero y las licitaciones en el lado argentino.
Precisamente, a Thomas se lo acusa de “recaudar dinero para la corona” y aportó millones de dólares al Ministerio de Planificación, según publicaron medios argentinos.
Los malos manejos en la EBY quedaron evidenciados hace cuatro años cuando Thomas, en sus redes sociales, confesó que Ebisa (contraparte de la ANDE) no estaba pagando en tiempo y forma por la energía que utilizaba de Yacyretá. Se comprometía a abonar con notas de crédito (papeles) y su pasivo incluso llegó a rozar los USD 8.000 millones.
El ex director argentino, quien hasta el momento se encuentra prófugo, informó bienes por casi USD 20 millones, dado que posee cuatro casas, siete departamentos, nueve terrenos en la localidad de Candelaria y uno en Posadas.
Al aplicarse la cogestión paritaria, que fue el primero de los acuerdos por Yacyretá negociado por el gobierno de Horacio Cartes con Argentina, Paraguay renuncia a hacer un control a las cuentas de la entidad, dado que actualmente Argentina lleva casi el 100% de la producción de energía.
POLÉMICAS CONFESIONES. Thomas utilizaba sus redes sociales para responder las acusaciones sobre el mal andar de la entidad. En una oportunidad indicó que el entonces director paraguayo, Juan Schmalko, también contaba con USD 130 millones para su uso discrecional en el lado paraguayo. Esto había sido aprobado por el Consejo de Administración, expresó.
Comentó que el Gobierno paraguayo era el que quería determinar el monto de la deuda de Yacyretá con el Tesoro argentino y que en ese momento alcanzaba USD 18.000 millones, sumados los intereses, ya que los argentinos aseguraban que el dinero aportado eran créditos, no aportes. Aseguró que Argentina nunca exigió el pago del pasivo a Paraguay, puesto que la deuda era de la EBY y no del Estado paraguayo.
También señaló que nunca se podría cumplir lo dispuesto en el Tratado de Yacyretá porque la entidad acarrea una inmensa deuda y este documento fue borrado por la realidad.
Durante el gobierno de Duarte Frutos y Kirchner, Argentina había renunciado a cobrar intereses, pero ese preacuerdo no vio la luz. En el 2011, bajo la administración de Fernando Lugo, Thomas suscribió otro preacuerdo y Paraguay reconocía que se debía desendeudar a la hidroeléctrica. El pasivo acordado rondaba los USD 7.000 millones.
Presión sobre Mario Abdo
El electo presidente de la República, Mario Abdo Benítez, ya seleccionó a Nicanor Duarte Frutos para la dirección paraguaya de la EBY. El próximo jefe de Estado inicialmente se había mostrado en contra del acuerdo que suscribió el Gobierno de Cartes sobre la modificación del Anexo C (fija la deuda de Yacyretá en USD 4.084 millones) y la maquinización del brazo Añá Cuá. Tras reunirse con el presidente Mauricio Macri cambió su postura y dijo que ya no se puede parar Añá Cuá, dado que está en plena licitación. Al respecto, todo el proceso se está realizando en Buenos Aires y esto es cuestionado por técnicos locales.