El maravilloso gesto de la naturalezafue destacado por el Parque Nacional Galápagos (PNG), guardián de la biodiversidad en ese archipiélago, que lleva adelante un proyecto de “ciencia ciudadana” con la participación de la población insular en el proceso de eclosión de los pequeños quelonios.
“Hasta el momento han eclosionado los huevos de seis nidos en las playas de Puerto Villamil”, en la Isla Isabela, la más grande y occidental del archipiélago, informó el PNG en un comunicado.
Precisó que se trata de la tortuga verde (chelonia mydas), una especie catalogada en peligro de extinción y que se incluye dentro de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
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Jóvenes pobladores de la Isla Isabela se unieron desde hace algunas semanas al proceso de anidación de las tortugas verdes, que suelen acudir a estas islas para depositar sus huevos.
Los jóvenes realizan un seguimiento comunitario del proceso en las playas cercanas de acceso público a Puerto Villamil, la única población de Isabela, donde han marcado y protegido once nidos de tortuga verde.
Cristopher Gómez, un joven voluntario, y otros guardianes del PNG, realizaron el proceso de seguimiento y cuidado de los sitios de anidación de las tortugas verdes, hasta el surgimiento de los pequeños reptiles de los nidos construidos por sus madres bajo la arena de las playas del archipiélago.
Tras la eclosión, las tortugas deben emprender una vertiginosa carrera hacia el mar, para evitar ser presa de los depredadores naturales que pueden ser aves u otros animales marinos, aunque también están bajo la amenaza de animales domésticos y el hombre.
Por ello, la Dirección del Parque Nacional Galápagos hizo un llamamiento a la comunidad de esa región insular para que se respeten las áreas de anidación de tortugas marinas en las playas de acceso público.
Según el PNG, identificaron áreas de anidación de tortugas marinas en la zona conocida como Playa Grande, en la Isla Isabela; así como Tortuga Bay, en Santa Cruz.
Las Islas Galápagos, que fueron declaradas en 1978 como Patrimonio Natural de la Humanidad, se encuentran a unos mil kilómetros al oeste de las costas continentales de Ecuador y deben su nombre a las enormes tortugas terrestres que la habitan.
Su reserva terrestre y marina, que abarca una superficie de 138.000 kilómetros cuadrados, contiene una rica biodiversidad, considerada como un laboratorio natural que permitió al científico británico Charles Darwin desarrollar su teoría sobre la evolución y selección natural de las especies.