El contrabando masivo ha sido siempre parte de la realidad en nuestro país. En el tercio de siglo de la dictadura de Stroessner era conocido como el “precio de la paz”. Y siempre ha habido “empresaurios” que hacían del contrabando un negocio muy lucrativo. Su ventaja para los consumidores de escasos recursos ha sido que los productos de la canasta familiar, introducidos de contrabando, tenían precios inferiores a aquellos que se importaban legalmente. La diferencia es obvia: Los impuestos. El comercio ilícito no los paga.
MERCOSUR. Antes de la creación del Mercado Común del Sur esa realidad era más o menos la misma. Cuando se tomaron medidas arancelarias con la vigencia del Mercosur, se elevaron los aranceles sustancialmente, por lo menos para los niveles conocidos en Paraguay hasta entonces. Ese aumento mayúsculo de aranceles ha sido contraproducente para nuestro país. Sus aranceles bajos, antes del Mercosur, habían vuelto a los productores locales altamente competitivos ante los productos importados con bajos aranceles como aquellos otros introducidos de contrabando. Durante los 31 años de vigencia del Mercado Común del Sur, el efecto arancelario en nuestro país ha trastocado sensiblemente la estantería de los precios y ha vuelto poco competitiva la economía legal ante el contrabando.
Para bajar de nuevo nuestros aranceles, Paraguay tendría que ir en contra de los documentos oficiales del Mercosur, como lo ha hecho Uruguay. No obstante, mejor evaluar antes las ventajas y desventajas financieras de dicho paso: Un ejemplo, el Fondo de Convergencia Estructural nos fue beneficioso.
ILEGALIDAD. Por otro lado, nuestro país ha sido siempre el de realidades contrastantes, interactuando permanentemente: La de la formalidad, cumpliendo normas vigentes, y la de la informalidad, lesionándolas. La economía informal, compuesta por la no registrada y la ilegal, siempre ha estado conviviendo con la legal. En su versión amplia, la economía no registrada está compuesta por la clandestina, por un lado, y la ilegal, por otro lado, que transgrede abiertamente las normas vigentes. Forman parte de la economía ilegal los así llamados delitos económicos comunes (contrabando, piratería, producción de documentos falsos, etc.) y los de última gama (precios de transferencia, giros ilegales, entre otros) así como el crimen organizado, definido como tráfico de drogas, secuestro y vejación de víctimas, torturas, asesinatos y similares.
DIFERENTES TIPOS. Hay una diferencia considerable entre todas ellas: Lo ilegal, parte de la informalidad, es la actividad que evade expresamente las normas vigentes, tales como los delitos económicos así como el crimen organizado. La clandestinidad forma también parte de la informalidad pero tiene que ver más bien con modos de producción y estilos de vida diferentes, cuyo denominador común es su no registración en los documentos oficiales. En el primer caso (modos de producción) es por tratarse de economía de subsistencia, parcialmente existente todavía en algunas zonas del país: Es la del autoconsumo. En el segundo caso (estilos de vida) tiene que ver con economías campesinas y suburbanas que siempre han vivido sin comunicar su actividad al sector público.
CÓMO SUPERARLOS. La combinación de ambos tipos de informalidad (la ilegalidad y la clandestinidad) hacen del mundo subterráneo en Paraguay un segmento considerable o la mayor parte de la actividad económica, vale decir que puede oscilar por encima y por debajo del 50% de la misma, dependiendo del tipo de actividad, del producto y de estratos poblacionales. El contrabando se combatirá mejor vía precios, es decir aumentando la productividad y bajando nuevamente los aranceles del Mercosur a los niveles usuales en sus países asociados antes de él. Mientras que los delitos económicos comunes y de última gama requerirán el uso de tecnologías modernas y sofisticadas que permitan detectarlos y reducirlos sustancialmente. Ellas están disponibles. Es cuestión de mayorías políticas locales para llevarlo a la práctica. Y finalmente, pero no por eso en último lugar de importancia, el crimen organizado hará necesario, para su superación gradual, el concurso de cooperación internacional vía países e instituciones con tecnología adecuada a tal efecto. Tales países e instituciones ya se hallan trabajando en nuestro país.
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