Dichos documentos también exponían “diferencias técnicas” en la descripción de los linderos realizados por el Departamento de Topografía y la Unidad de Ordenamiento Urbano, según consta en el mensaje tratado ayer en una sesión extraordinaria en la Junta Municipal.
El concejal Miguel Sosa (ANR) minimizó el trámite diciendo que “no hay que polemizar esta situación”.
“Aprobamos y rectificamos un fraccionamiento de una cuenta corriente, una finca mayor. Tenemos nuestro sistema cartográfico y la Dirección Nacional, dependiente del Poder Ejecutivo, tiene su sistema también cartográfico y de repente no coinciden”, expuso, y reiteró que solo se trató de una rectificación de los linderos y una corrección del informe pericial.
OMISIÓN. Los concejales Pablo Callizo (PPQ) y Álvaro Grau manifestaron su oposición a la aprobación del dictamen referido a los nuevos planos y el informe pericial. “Una muestra más de la improvisación de esta Municipalidad”, dijo Callizo, y recordó que los planos no reflejaban la delimitación de las calles ni el ancho que debe existir entre los terrenos.
Grau, por su parte, se preguntó por qué se “omitió” la fracción A4 en el informe que debía rectificarse. “¿Iban a llevar a remate también la fracción?”, cuestionó. En tanto que la concejala Paulina Serrano incluso mencionó que en las fracciones a ser catastradas “hay partes que incluían la Reserva del Banco San Miguel”.
Félix Ayala (PLRA) explicó que dicha fracción correspondía a las viviendas conocidas como “casitas de colores”, y que la Comuna “también debía titular a la gente que está viviendo ahí”. “Se están haciendo cuatro escriturizaciones, y dos de las que van a la subasta, pero las otras van a quedar en poder de la Municipalidad”, detalló.