Margarita Durán, historiadora y profesora universitaria destacada, se acaba de jubilar en la UNA. ¿A cuánto llega la jubilación? A unos 700.000 guaraníes. Esto es una burla que resulta más indignante cuando se considera que muchos zoqueteros, que ni enseñan ni escriben ni investigan, figuran en la planilla con sueldos muchísimo más altos. Ver el artículo “Cobra como investigador” (ABC, 1 de enero de 2017). Los profesores ignorantes y los títulos falsos dan tema para una serie de artículos...
Es triste que pase esto después de aquel generoso movimiento juvenil llamado UNA no te calles, que hubiera podido cambiar la universidad si la Justicia hubiera hecho lo que debía hacer en su momento, en vez de tolerar dilaciones y chicanas. Por otra parte, al margen de las cuestiones delictivas, hay otras que no son delictivas pero que no son éticas; para enfrentarlas a estas, no se requiere el Código Penal, sino la reforma de la universidad. ¿Es posible la reforma? Sí, es posible porque no faltan personas competentes, como Margarita Durán, que ya se va después de haber sido discriminada desde 1991; quitando a los planilleros y oportunistas, esas personas pueden levantar el nivel de la enseñanza.
Naturalmente, para efectuarse el cambio, debe haber voluntad de cambio, y eso es lo que no se ha visto. UNA no te calles obligó a cortar los abusos más escandalosos, sin acabar con el planillerismo y la mediocridad. Esto es lo que puede cambiar, si hay voluntad de cambio, en la educación paraguaya, tanto a nivel superior, como a nivel primario y secundario.
Haciendo memoria, me permito recordar que el Colegio Nacional se fundó en 1877, cuando el Paraguay estaba mucho peor de lo que está ahora. Los años que siguieron a la Guerra del 70 no fueron mucho mejores que la guerra, a causa de la ocupación extranjera, la inestabilidad política, la epidemia de cólera, las invasiones de langostas, las inundaciones y las sequías. Con los precarios medios disponibles, se fundó el Colegio Nacional, que tenía un buen programa de enseñanza, profesores competentes y estudiantes deseosos de aprender. Allí se formaron Manuel Gondra, Manuel Domínguez y Eligio Ayala. Allí enseñó Viriato Díaz Pérez, que sabía griego, latín, sánscrito y árabe, entre otros idiomas. ¡Cuesta creerlo viendo cómo está el Nacional!
En 1889 se fundó la Universidad Nacional, que no estaba ni podía estar a la altura de las mejores universidades del mundo, pero que era lo mejor que podía tener el país con los recursos disponibles. Tanto los colorados que cayeron en 1904, como los liberales que les siguieron, pusieron la educación por encima de las mezquindades políticas. Con Stroessner, y por desgracia después, la educación se volvió un zoquete multipartidario. Esta es la causa de su degradación, y también un problema que puede resolverse si es que se lo quiere resolver. Hay docentes capaces, se requiere voluntad política.