“Estados Unidos ha establecido formalmente que Rusia ha cometido crímenes contra la humanidad en Ucrania”, dijo Harris, dirigiéndose a los líderes mundiales que asistieron al la Conferencia de Seguridad en Múnich, sur de Alemania.
Esta es la primera vez que Estados Unidos designa formalmente a Rusia como país que ha cometido crímenes de guerra y contra la humanidad en Ucrania desde la invasión rusa.
“Hemos examinado las pruebas, conocemos las normas legales y no cabe duda de que se trata de crímenes de lesa humanidad”, subrayó.
Harris citó casos de ejecuciones sumarias, torturas y violaciones por parte de las fuerzas rusas en Ucrania, así como “el traslado de cientos de miles de civiles ucranianos” a Rusia.
“Les afirmo a todos los que han perpetrado estos crímenes y a sus superiores o cómplices: ustedes responderán”, añadió.
Desde que empezó la invasión, Estados Unidos documentó o catalogó más de 30.600 casos de crímenes de guerra supuestamente cometidos por las fuerzas rusas en Ucrania, según el Departamento de Estado estadounidense.
“No puede haber impunidad para estos crímenes”, recalcó el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, en un comunicado separado.
El ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, agradeció la posición estadounidense en una rueda de prensa al margen de la conferencia.
Sin embargo, reconoció la dificultad de recolectar las suficientes pruebas para llevar ante la justicia a “individuos específicos” que realizaron “atrocidades”.
Decenas de responsables internacionales acudieron a la conferencia de tres días además de Harris y Blinken. Entre ellos está el presidente francés, Emmanuel Macron, el jefe de gobierno alemán, Olaf Scholz o el jefe de la diplomacia china Wang Yi.
Redoblar el apoyo
El segundo día de la conferencia de Múnich estuvo marcado por los llamados a intensificar el apoyo militar a Ucrania.
Los aliados, liderados por Estados Unidos, han donado miles de millones de dólares en armamento al gobierno ucraniano, incluyendo artillería y sistemas de defensa aérea, pero el Ejecutivo de Kiev afirma que necesita más para que su contraofensiva tenga éxito.
“Debemos darle a Ucrania lo que necesita para ganar y prevalecer como nación soberana e independiente en Europa”, declaró el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
“El mayor riesgo de todos es que Putin gane. Si Putin gana en Ucrania, el mensaje para él y para otros líderes autoritarios será que pueden usar la fuerza para conseguir lo que quieran”, afirmó.
La jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también abogó por incrementar el apoyo militar a Ucrania, en áreas como el suministro de municiones.
Los ministros de Relaciones Exteriores de las siete economías más avanzadas (G7, integrado por EEUU, Alemania, Francia, Reino Unido, Japón, Canadá e Italia), también se reunieron en Múnich, en margen de la conferencia.
En un comunicado, reiteraron su “solidaridad inquebrantable con Ucrania el tiempo que sea necesario”.
El mes pasado, Alemania aceptó la entrega a Ucrania de tanques pesados de fabricación alemana, tras semanas de dudas. Con esos tanques, las fuerzas ucranianas podrían repeler el avance de los rusos.
Sin embargo, las conversaciones posteriores con los socios de la OTAN todavía no han permitido reunir los efectivos suficientes para constituir un batallón completo.
En las últimas semanas, Zelenski ha reclamado a los occidentales aviones de combate, una idea que, de momento, sus interlocutores rechazaron.
En el terreno, el ejército ruso reivindicó este sábado la captura de Grianykivka, una pequeña aldea de la región de Járkov, en el noreste de Ucrania.
La víspera, el grupo de paramilitares Wagner anunció haber conquistado un pueblo cerca de Bajmut, en el este de Ucrania, escenario de una de las batallas más largas y sangrientas del conflicto.