Tanto el demócrata como su sucesor en la Casa Blanca, el republicano Donald Trump, que jurará el cargo dentro de 9 días, el próximo 20 de enero, consideran como “presidente electo” al opositor Edmundo González Urrutia.
Maduro se juramentó este viernes en Caracas, luego de ser proclamado ganador en julio por el Consejo Nacional Electoral (CNE) sin que hasta ahora se hayan publicado las actas de votación como exige la ley.
PETRÓLEO. Por lo pronto Washington se abstiene de suprimir las licencias individuales concedidas a varias petroleras, como la estadounidense Chevron, la española Repsol o la francesa Maurel & Prom.
Las licencias se seguirán aprobando “caso por caso”, informó a periodistas un funcionario estadounidense que pidió el anonimato.
“Están sujetas a evaluación y, sin duda, en función de la evolución de los acontecimientos durante los próximos 10 días, estamos preparados para hacer un conjunto de recomendaciones a la administración entrante”, afirmó un funcionario en una rueda de prensa telemática.
Biden parece optar por dejar la puerta entreabierta para la negociación con el gobierno de Maduro, que afirma haber detenido a dos funcionarios estadounidenses, uno “del FBI” y otro “militar”, que vincula con un supuesto complot planificado por Washington.
Aún así el demócrata ha anunciado una batería de sanciones contra Maduro.
NARCOTRÁFICO Y CORRUPCIÓN. “Para llevar a Maduro y a sus cómplices ante la justicia por delitos relacionados con la conspiración para distribuir cocaína, el narcotráfico y la corrupción, hemos aumentado la recompensa a 25 millones” por información que permita capturar al presidente y su ministro del Interior, Diosdado Cabello, añadió.
Y ha sumado una nueva recompensa de 15 millones de dólares por el ministro de Defensa, Vladimir Padrino.
También amplió las restricciones de visa a “personas afines a Maduro” e impuso sanciones a ocho altos cargos venezolanos por dirigir organismos económicos y de seguridad “que permiten la represión” y “la subversión de la democracia”.
AUMENTA PRESIÓN INTERNACIONAL. Aparte de Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y el Reino Unido también han sancionado a Caracas en un intento por aumentar la presión internacional.
El líder chavista, que cuenta con el apoyo declarado de la fuerza armada, ha desoído hasta ahora todos los llamados y se aferra al poder, una estrategia que en el pasado le ha beneficiado.
Durante el primer mandato de Trump (2017-2021), Washington no reconoció la reelección de Maduro por considerarla fraudulenta.
Reconoció, en cambio, al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente interino, e impuso un embargo al petróleo y al gas.
El objetivo era forzar la caída de Maduro. Pero la estrategia no funcionó.