Todo apunta a que Nancy Pelosi emprenderá una gira asiática que incluiría a Taiwán, aunque ella se negó a confirmar si visitará la isla. Adujo motivos de seguridad.
Desde 1979, Estados Unidos reconoce “una sola China” con capital en Pekín. No reconoce oficialmente a Taiwán, pero le apoya militarmente.
China considera la visita de Pelosi una provocación, que altera el tenso statu quo.
“Tenemos muchas diferencias en lo referente a Taiwán, pero durante los últimos 40 años hemos manejado esas diferencias y lo hemos hecho de una manera que ha preservado la paz y la estabilidad y ha permitido que la gente de Taiwán prosperara”, dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
“Sería importante, como parte de nuestra responsabilidad compartida, seguir gestionando esto de una manera inteligente que no cree la perspectiva de un conflicto y manteniendo abiertas las líneas de comunicación sobre el tema”, añadió.
La tensión se disparó ante la perspectiva de un viaje de Nancy Pelosi.
Un día después de que el dirigente chino, Xi Jinping, le dijo a Biden en una larga llamada telefónica que Estados Unidos no debería “jugar con fuego” cuando se trata de Taiwán, los medios de comunicación públicos del país comunista anunciaron ejercicios militares en la región para el sábado.
“Se disparará munición real entre las 8:00 y las 21:00 (hora local de China este sábado) y se prohibirá cualquier entrada (a estas aguas)”, informa un comunicado gubernamental.
La declaración no menciona a Pelosi.
Aunque el ejercicio tendrá lugar frente a la costa de China continental, el mensaje es inequívoco.
Los funcionarios estadounidenses suelen realizar visitas discretas a la isla en una muestra de apoyo a su gobierno democrático autónomo, pero el caso de Pelosi es distinto: es la segunda en la línea de la presidencia de Estados Unidos y una de las políticas más influyentes del país.
Pelosi, que viajaría en un avión militar estadounidense durante su gira por Asia, declaró a los periodistas el viernes que planeó el viaje debido al “fuerte énfasis” del gobierno de Biden en la región de Asia y el Pacífico.
Pero no quiso negar ni confirmar que vaya a hacer escala en Taiwán. “Nunca hablo de mis viajes, porque como algunos de ustedes saben que es un problema de seguridad”.
La posible reacción de China sigue sin estar clara
Un portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores chino dijo que una visita a Taiwán de Pelosi “desafiaría la línea roja de China, y cualquier desafío a nuestra línea roja sin duda se enfrentará a contramedidas firmes”.
En la conversación con Biden, Xi hizo una declaración más vaga: “aquellos que juegan con fuego pueden quemarse”, afirmó según los medios estatales chinos.
El área donde se llevarán a cabo las maniobras chinas este sábado se sitúa en la isla de Pingtan, o sea, en el Estrecho de Taiwán, pero a unos 120 kilómetros de la costa taiwanesa.
Sin embargo, un comentarista del periódico estatal Global Times instó a interceptar el avión de Pelosi.
“Si los aviones de combate estadounidenses escoltan el avión de Pelosi hacia Taiwán, es una invasión. El PLA (el ejército) tiene derecho a expulsar por la fuerza al avión de Pelosi y los aviones de combate estadounidenses, incluso mediante disparos de advertencia y movimientos tácticos de obstrucción. Si no son eficaces, entonces derribarlos”, escribió Hu Xijin.
John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Biden, restó importancia a lo que llamó “retórica belicosa”.
“No hemos visto indicios físicos y tangibles de nada adverso con respecto a Taiwán”, sostuvo.
Kirby insistió en que no hubo cambios en la política de Estados Unidos sobre el reconocimiento de la soberanía de Pekín sobre Taiwán, pero añadió que “no hay necesidad” de que China reaccione con tanta dureza.
Pelosi es una aliada cercana de Biden, pero sus supuestos planes de viaje han puesto al presidente en una posición delicada, que no ha impedido que él y Xi acordaran el jueves celebrar su primera cumbre presencial en una fecha todavía por determinar.