Estados Unidos realizó el domingo en Kabul un ataque con dron contra un vehículo cargado de explosivos para “eliminar una amenaza inminente” del grupo Estado Islámico del Khorasan (EI-K) contra el aeropuerto, mientras continúan las últimas evacuaciones a dos días de la retirada estadounidense.
“Las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo un ataque aéreo defensivo con drones”, lanzado desde fuera de Afganistán, “contra un vehículo en Kabul, que eliminó una amenaza inminente del EI-K contra el aeropuerto internacional de Kabul”, dijo Bill Urban, portavoz del mando central del Pentágono.
El ataque fue confirmado por un portavoz talibán, quien dijo que un coche bomba destinado al aeropuerto había sido destruido y que un posible segundo ataque había alcanzado una casa cercana.
El jueves, un ataque suicida en el aeropuerto reivindicado por del EI-K dejó más de 170 muertos, entre ellos 13 soldados estadounidenses.
“Estamos seguros de haber dado en el blanco”, afirmó Urban. “Estamos verificando la posibilidad de víctimas civiles”, agregó, y especificó que “no tiene indicios en este momento” en ese sentido.
JEFE TALIBÁN. A solo dos días antes de la fecha límite para la salida de las tropas estadounidenses, se supo que el líder supremo de los talibanes, Hibatullah Akhundzada, que nunca ha aparecido en público, se encuentra en Afganistán, en la ciudad de Kandahar.
“Puedo confirmar que está en Kandahar. Ha estado desde el comienzo”, dijo el portavoz talibán Zabihullah Mujahid. Akhundzada es jefe talibán desde 2016, cuando salió desde una relativa oscuridad a supervisar el movimiento.
El presidente estadounidense, Joe Biden, había dicho el sábado que un nuevo ataque era “altamente probable” después del atentado del jueves.
En represalia por ese atentado, Estados Unidos llevó entonces a cabo el sábado un ataque con drones en Afganistán, matando a dos miembros del EI e hiriendo a un tercero. AFP