Así lo expresó el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, al ser preguntado durante una comparecencia ante el comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes estadounidense.
“No planeamos sacarlos de la lista”, aseveró tras los cuestionamientos de la congresista republicana por Florida María Elvira Salazar.
El líder de la diplomacia estadounidense explicó que la ley emanada del Congreso establece unos “criterios muy elevados” para que el Gobierno pueda tomar una decisión de este tipo.
“A lo que me comprometo es a que, si hubiera una revisión, se basaría en la ley y en los criterios que esta establece, que, como ya dije, tienen un listón muy alto”, sentenció Blinken.
La inclusión de Cuba en la lista en enero de 2021 fue una de las últimas decisiones que tomó el Gobierno de Trump antes de dejar el poder.
Estados Unidos justificó entonces la medida, que conlleva varias sanciones, aludiendo a la presencia en la isla de miembros de la guerrilla colombiana del ELN, que viajaron a La Habana para iniciar negociaciones de paz con el Ejecutivo de Colombia.
La isla había salido de la lista en 2015, durante la etapa de acercamiento impulsada por el entonces presidente estadounidense Barack Obama (2009-2017) y frenada por Trump, que durante su mandato redobló las sanciones sobre La Habana y frenó el “deshielo”.
La actual Administración de Biden ha hecho algunos gestos hacia la isla, como la eliminación del límite de remesas para Cuba, pero sigue lejos del acercamiento de Obama.