“Será muy difícil hacer avances en ninguna de las áreas en una atmósfera de escalada y amenazas, con una pistola apuntando a la cabeza de Ucrania”, dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en una rueda de prensa junto a la ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock.
“Es importante que comencemos estas conversaciones, pero creo que para que den frutos, para conseguir avances reales, se requerirá una desescalada”, agregó el jefe de la diplomacia estadounidense.
Si Rusia está preparada para tomar medidas en ese sentido, “hay cosas que pueden hacer relativamente rápido” tanto Estados Unidos como sus aliados en la OTAN “para construir una mayor confianza y reducir algunas de las preocupaciones que tenemos”, apuntó.
DIÁLOGOS. Blinken se refería a tres diálogos con Rusia en los que participará Estados Unidos la semana que viene, y que comenzarán con una conversación bilateral de seguridad en Ginebra el 10 de enero entre la subsecretaria de Estado estadounidense, Wendy Sherman, y el viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Riabkov.
Dos días después, el 12 de enero, se celebrará en Bruselas el Consejo OTAN-Rusia, y al día siguiente se producirá en Viena otra reunión auspiciada por la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).
Se espera que en esas conversaciones se debata sobre las garantías de seguridad que Moscú le ha pedido por escrito a EEUU y la OTAN para rebajar la actual tensión, y que centraron parte de la llamada telefónica de la semana pasada entre el presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo ruso, Vladímir Putin. EFE