Un portavoz de ese departamento confirmó este lunes a la prensa que la reunión tuvo lugar el jueves pasado en las oficinas de Washington, aunque no detalló con quién se reunió Antonov. En ese encuentro, el Gobierno estadounidense advirtió al embajador de “los riesgos de una escalada en la guerra de Rusia contra Ucrania” y pidió a Moscú que “cese todas las operaciones militares alrededor de las centrales nucleares ucranianas”.
Además, instó a que las tropas rusas devuelvan “el control total” de la central de Zaporiyia a las autoridades ucranianas.
El Ejército ruso tomó la planta de Zaporiyia en la noche del pasado 4 de marzo.
Desde entonces, y según el Gobierno de Ucrania, el personal militar y el equipo pesado ruso se han estacionado en las instalaciones de la central, usándolas como almacén de armas.
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La seguridad en la central atómica se ha convertido en una de las mayores preocupaciones para la comunidad internacional tras la invasión rusa a Ucrania, ya que las inmediaciones de sus instalaciones han sido bombardeadas en varias ocasiones en ataques de los que se acusan ambos bandos.
El portavoz del Departamento de Estado volvió a descartar este lunes la posibilidad de que Estados Unidos restrinja visas para ciudadanos rusos, algo que ha pedido Ucrania.
“Estados Unidos no quiere cerrar las vías de refugio para los disidentes de Rusia u otras personas vulnerables a los abusos de derechos humanos. Creemos también que es importante trazar una línea entre el Gobierno y el pueblo de Rusia”, dijo.
El portavoz recordó que desde el inicio de la invasión en febrero, EEUU ha restringido los visados de cerca de 5.000 funcionarios rusos y de otras personas cercanas al Kremlin.