Para él, el 2 de abril será el Día de la Liberación.
Promete imponer barreras aduaneras en función de los aranceles que los países aplican a los productos estadounidenses.
La andanada de nuevos aranceles previstos para los productos que entran a Estados Unidos tiene en vilo a los socios comerciales de la mayor economía mundial y ha hecho que las bolsas comiencen la semana en rojo.
“Empezaríamos con todos los países, y veremos qué sucede”, dijo Trump el domingo a periodistas a bordo del Air Force One. Cuando le preguntaron cuáles se verán afectados contestó que no sabía si serán “15 países, 10 o 15”. “No hay un límite”, aseguró.
Antes de estas declaraciones se esperaba que la nueva ronda de aranceles fuera dirigida a los países con más desequilibrios comerciales con Estados Unidos, un grupo que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, llamó “Los sucios 15”.
Trump está convencido de que el mundo entero, en especial los aliados de Estados Unidos, “se aprovecha” de su país.
“Nos estafaron como nunca se ha estafado a ningún país en la historia y vamos a ser mucho más amables de lo que ellos fueron con nosotros”, afirmó.
Mercados sufren. Las bolsas asiáticas cerraron con fuertes caídas (-4,04% en Tokio, -3% en Seúl). También retroceden en Europa y en Wall Street.
El plan de Trump es un misterio y también se desconoce cómo reaccionaran los países afectados.
China y Canadá ya comenzaron a responder a las tarifas impuestas hasta ahora y la Unión Europea promete hacer otro tanto.
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, consideró este lunes que Europa se halla ante “un momento existencial”.
“Él lo llama ‘Día de la Liberación’ en Estados Unidos pero yo lo veo como un momento en el que debemos decidir juntos cómo tomar mejor las riendas de nuestro destino y creo que es un paso hacia la independencia”, declaró a la radio France Inter.
VEHÍCULOS Y COMPONENTES. A partir del 3 de abril a las 04H01 GMT, Estados Unidos prevé además imponer 25% de aranceles a los vehículos y componentes fabricados fuera del país.
La decisión afecta en particular a Canadá y México, sus socios en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC), y donde los fabricantes estadounidenses tienen plantas.
Como cada nueva medida se acumula a la anterior, los vehículos chinos, por ejemplo, serán objeto de aranceles muy altos.
Al mandatario republicano le obsesiona que Estados Unidos importe más de lo que exporta. Lo considera la prueba de que los otros países abusan del acceso al mercado estadounidense.
Además de las tasas aduaneras, como en el caso de China o India, le preocupan de barreras reglamentarias, en particular el impuesto al valor añadido que los Estados europeos aplican a muchos productos.