Esas comunicaciones se producen en momentos en que Estados Unidos y sus socios europeos presionan al presidente Vladimir Putin para que se aleje de la frontera de Ucrania, donde concentró a unos 100.000 soldados en las últimas semanas, aumentando los temores de una posible invasión.
Biden habló con su par ucraniano Volodimir Zelenski para transmitirle su apoyo frente a un eventual ataque de Moscú.
Zelenski agradeció a Biden su “apoyo constante, firme y decidido a la soberanía y la integridad territorial” de Ucrania y “reafirmó su compromiso inquebrantable con la búsqueda de la paz”, dijo la presidencia ucraniana en un comunicado tras la conversación.
La Casa Blanca informó que tras esa comunicación Biden habló 40 minutos con los líderes de Bulgaria, República Checa, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumania y Eslovaquia, que, a diferencia de Ucrania, se unieron a la OTAN tras el colapso soviético de 1991.
Biden dijo a periodistas el miércoles, tras una videoconferencia de dos horas con Putin, que le “dejé muy en claro que, si invade Ucrania, habrá graves consecuencias, consecuencias económicas como nunca jamás ha visto ni se han visto”.
Kiev recibió el apoyo de los principales aliados europeos de Estados Unidos. El nuevo canciller alemán, Olaf Scholz, amenazó el miércoles con posibles “consecuencias” sobre el desarrollo y activación del gasoducto Nord Stream II que conecta a Rusia con Alemania si las tropas de Moscú invaden Ucrania.
“Nuestra posición es muy clara, queremos que todos respeten la inviolabilidad de las fronteras, de no ser así, todos deberían entender que eso tendría consecuencias”, declaró en su primera entrevista tras asumir el poder.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, coincidieron el miércoles, tras una llamada, “en la necesidad de imponer sanciones rápidas y severas a Rusia” si se intensifica la escalada militar.