31 ene. 2025

EEUU: Trump 2.0, China y la gran oportunidad de Santiago Peña

A HORAS DE SU ASUNCIÓN. Incertidumbre y esperanza casi mística ante su segundo mandato.
TODO UN DESAFÍO. El presidente asume con el desafío de enfrentar el avance chino en el mundo.
INMIGRANTES. La situación de los mismos ante la amenaza de deportaciones es otra interrogante.
EXPECTATIVA. Analistas ven oportunidad para Paraguay de conseguir inversiones tecnológicas.

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Donald Trump

Trump asume con el desafío de enfrentar el avance chino en el mundo, lo que colocará como prioridad en su agenda a Latinoamérica. Y allí se cuela por primera vez Paraguay como un socio estratégico. La pregunta que se hacen en Washington es si el presidente Santiago Peña aprovechará esta coyuntura en beneficio del país o la desperdiciará intentando revertir las sanciones de su mentor político.

Las palabras, que se repiten más a menudo cuando se consulta con académicos, analistas políticos y ciudadanos de a pie, acerca de sus expectativas con respecto a la nueva administración de Donald Trump, son casi siempre las mismas: Incertidumbre y esperanza. Incertidumbre ante el impacto en el costo de vida que puedan llegar a tener algunas de las políticas anunciadas por Trump (siempre que estas se ejecuten efectivamente), y esperanza de que esas mismas políticas puedan retrotraer a este país a un tiempo en el que el gran empleador era una industria manufacturera que hoy opera desde China o México.

Los analistas se preguntan qué efectos inflacionarios tendrá el anunciado incremento de los aranceles que graban los productos importados de China. Hoy, la canasta básica de consumo del estadounidense medio tiene un porcentaje altísimo de productos elaborados en China o con materiales chinos. Cobrar mayores aranceles –aseguran ellos– solo puede disparar los precios de esos productos que no tienen sustitutos en la economía o local o cuando menos, no a los precios que ofertan los chinos.

La segunda gran interrogante tiene que ver con el futuro de los inmigrantes ilegales que viven y trabajan en Estados Unidos. Se estima que más de la mitad de los obreros de la construcción y una tercera parte de los operarios de la industria lechera pertenecen a este grupo. Si se llegaran a efectivizar las deportaciones masivas, o si solo los empleadores se vieran obligados a reducir sus plantillas por temor a las sanciones, ambos sectores tendrían que recortar abruptamente sus niveles de producción, encareciendo significativamente tanto las viviendas como la leche. Para los estudiosos sobre cómo funciona la economía estadounidense está claro que el modelo no puede operar sin esos migrantes. ¿Cumplirá Trump su promesa/amenaza de buscarlos y deportarlos? Con un líder tan personalista y pragmático en sus negociaciones, nadie se anima a responder con seguridad.

Para los partidarios de Trump y para quienes lo votaron, aguardando un cambio casi mágico, la esperanza tras el eslogan de “volver a hacer grande a América” es que regrese el empleo bien remunerado de las grandes industrias manufactureras, algo que los economistas aseguran que sencillamente no pasará. Hoy, el empleo promedio depende del sector servicios, y el mejor remunerado está vinculado con la producción de tecnología de punta.

Precisamente en ese campo se presenta el desafío más grande que tendrá esta nueva administración: La de enfrentar el brutal crecimiento industrial y comercial de China. Para los analistas, no hay dudas de que la disputa con la industria pesada China ya está perdida. La batalla es por el liderazgo en la generación y comercialización de nuevas tecnologías. En opinión de los académicos, con quienes pudimos conversar en estos últimos días, ese liderazgo todavía se mantiene parcialmente en manos de Estados Unidos y sus aliados Japón y Corea del Sur, y esto gracias a sus universidades y a las enormes inversiones privadas en inteligencia artificial, robótica y comunicaciones. Pero China avanza a una velocidad de vértigo con sus empresas público privadas y bajo el férreo control del partido-estado.

CHINA Y TAIWÁN. En esta nueva guerra fría de tinte comercial y con miras a la supremacía tecnológica, Estados Unidos y el nuevo gobierno de Trump consideran por primera vez como una prioridad contrarrestar el desembarco agresivo de China en Latinoamérica. Y en ese marco, aparece sorprendentemente como un socio estratégico uno de los países más pequeños y de menor relevancia comercial en Sudamérica: Paraguay. Irónicamente es el país más grande que todavía reconoce a Taiwán como país independiente, la isla convertida en uno de los principales productores de semiconductores del mundo, isla que China reclama como suya.

De acuerdo con quienes trabajan en las políticas de Estados Unidos sobre este su mayor desafío, Paraguay está recibiendo muy poco tanto de los gobiernos estadounidenses como del propio Taiwán para ser uno de los últimos que resiste a las presiones de China. Varios analistas coinciden en que esta es una oportunidad irrepetible para el Paraguay, para conseguir inversiones e incluso trasferencia de tecnología de empresas americanas y taiwanesas. La cuestión, refieren, es que la prioridad del Gobierno paraguayo en estas negociaciones sea asegurar beneficios para el país y no revertir las sanciones que hoy pesan sobre el ex presidente Horacio Cartes, presidente del partido de gobierno y padrino político del actual mandatario paraguayo Santiago Peña.

Muchas interrogantes al inicio de esto que los propios estadounidenses llaman la Administración Trump 2.0.

Muchas interrogantes a lo que los propios estadounidenses llaman la Administración Trump 2.0. Luis Bareiro

La pregunta en Washington es si Peña aprovechará coyuntura en beneficio del país o la desperdiciará intentando revertir sanciones de su mentor político. Luis Bareiro

Los analistas se preguntan qué efectos inflacionarios tendrá el anunciado incremento de los aranceles que graban los productos importados de China. Luis Bareiro

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Cuenta regresiva. La expectativa avanza cuando faltan cada vez menos horas para que Donald Trump tome el mando en EEUU.

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De gala. El presidente Santiago Peña y su esposa Leticia Ocampos participaron de una recepción.

GENTILEZA

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Encuentro. Peña conversó con Marco Rubio.

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Invitado. Peña junto al senador Rick Scott.

Reuniones del mandatario paraguayo

A través de sus redes sociales, el presidente paraguayo Santiago Peña estuvo compartiendo algunas de sus actividades en EEUU, en espera de la asunción de Donald Trump, que es mañana. Mencionó una reunión que mantuvo con el senador Rick Scott, quien fue justamente el que le había cursado la invitación para asistir a la ceremonia. “Conversé sobre temas clave para fortalecer los vínculos entre Paraguay y Estados Unidos”, posteó Peña.

También destacó el encuentro con el nuevo secretario de Estado designado de los Estados Unidos Marco Rubio. “Juntos nos comprometimos a fortalecer las relaciones bilaterales entre Paraguay y Estados Unidos”, fue lo que indicó el mandatario paraguayo a través de X.

Además, anunció que acordó junto con Rubio una próxima visita del secretario de Estado a Paraguay.

Santi admite a medio que tiene grandes expectativas

El presidente de la República, Santiago Peña habló de sus altas expectativas sobre el segundo mandato de Donald Trump, en Estados Unidos, y aseguró, en una entrevista brindada a Infobae desde Washington que Paraguay podría ser el mayor aliado del país norteamericano.

“El presidente Trump, y a mí me ha tocado hablar con él ya en dos oportunidades, es consciente de que Paraguay probablemente es el mayor aliado que tiene Estados Unidos”, sostuvo el mandatario.

Al ser consultado si la nueva administración de Trump podría alterar la relación entre Estados Unidos y América Latina, Peña dijo que “puede ser uno de los cambios más radicales de la historia moderna para la región”.

El titular del Ejecutivo se orientó a “quienes van a ser los protagonistas de esta relación” y citó a Marco Rubio, designado como secretario de Estado, y al subsecretario de Estado, Christian Landau.

“Ambos tienen un conocimiento acabado no solamente del idioma, sino de la cultura y del potencial que tiene América Latina para enfrentar los grandes desafíos que tiene esta administración”, expresó Peña, para luego volver a hablar sobre “el gran aliado para Estados Unidos” y citar esta vez a América Latina.

Durante la entrevista, Peña incluso citó a Paraguay como mediador del conflicto de Israel y Palestina.

“Lo hemos visto hace unos días diciendo que si no se llega a un acuerdo para liberar los rehenes el 20 de enero, realmente iban a pasar cosas muy malas en el Medio Oriente. Dos días después vemos que se llega a un acuerdo después de casi un año que estábamos intentando todo Paraguay, con una férrea defensa al derecho de Israel a defenderse y a recuperar a todas las personas que habían sido privadas de su libertad. Y hoy esto es una realidad”, aseguró.

Al ser consultado sobre la guerra entre Ucrania y Rusia, Peña señaló que Trump será “un factor fundamental” en la resolución de ese conflicto y aseguró tener la certeza y “mucha seguridad” de que el norteamericano “va a resolver también el problema de Venezuela”.

Peña también aludió a la relación con Taiwán para indicar que esto supone una ventaja “muy, pero muy importante” para fortalecer la relación de Paraguay con Estados Unidos.

Peña se encuentra en Estados Unidos para participar de la investidura presidencial. Concedió la entrevista en este marco, desde la Embajada paraguaya en Washington DC, ubicada en el barrio Dupont Circle.

La declaración fue hecha en entrevista con el medio argentino Infobae, donde desplegó todas sus expectativas sobre el próximo Gobierno estadounidense.

De hecho, su presencia en Washington para participar del acto de traspaso de mando donde se investirá por segunda vez a Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, se da en medio de una controversia acerca de si recibió o no invitación a la toma de mando. Desde la Vocería del Gobierno confirmaron que el presidente recibió una invitación oficial. Por su parte, el diputado Mauricio Espínola (ANR) sostuvo que el cónsul paraguayo en Miami solicitó y operó para conseguir la invitación.

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