“La tercera es la vencida” es una frase popular y universal que se impuso para destacar la perseverancia de una persona que supo reponerse a dos fracasos anteriores. Efraín Alegre ahora se aferrará a ese refrán para luchar nuevamente por el sillón presidencial.
Si bien no se sabe el origen exacto de esa expresión, hay versiones. Una se refiere a prácticas de lucha cuerpo a cuerpo donde ganaba el que derribaba tres veces a su oponente. Otra señala que se establecía la pena de muerte al tercer hecho de robo en los siglos XVI y XVII.
Más allá de la definición, lo cierto y concreto en este caso es que el político liberal se impuso en forma contundente en la interna de la Concertación Nacional. De esta manera, será nuevamente el presidenciable opositor y tendrá como máximo rival al colorado Santiago Peña.
Nació el 18 de enero de 1963, es abogado de profesión por la Universidad Católica de Asunción (UCA), cursó una maestría en Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y un posgrado en Derecho Comunitario en la Universidad de Salamanca, España.
Además, realizó estudios de especialización en Gestión Pública en la ciudad de Granada, España, y en Alta Gerencia, en la Universidad Austral de Buenos Aires, Argentina. Su carrera política inició en el año 1983 en el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA).
Fue electo como diputado en el año 1998 por el Departamento Central y llegó a presidir la Cámara Baja en el periodo 2000/2001. Fue reelecto para ocupar un escaño en el periodo 2003-2008. Posteriormente, logró acceder a la Cámara de Senadores entre el 2008 y 2013.
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Designado como ministro de Obras Públicas
El entonces sacerdote Fernando Lugo se convirtió en presidente de la República en el año 2008 y puso fin a una hegemonía de 60 años en el poder del Partido Colorado. Asumió las riendas del Poder Ejecutivo con un fuerte respaldo del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA).
Con el objetivo de fortalecer su alianza política decidió ubicar a Efraín Alegre al frente del Ministerio de Obras Públicas (MOPC). Con ese llamado, el político liberal solicitó permiso a la Cámara Alta para ocupar el cargo como secretario de Estado.
Si bien ambos tuvieron una gran afinidad, la relación no terminó del todo bien. Al inicio se destacó su gestión por los récords de ejecuciones presupuestarias, los programas de mantenimiento vial, la construcción de puentes y la Costanera de Asunción.
No obstante, el otrora mandatario terminó por sacarlo del cargo en el 2011 alegando atrasos en varias obras. Sin embargo, desde el PLRA afirmaron en su momento que su destitución se daba por oponerse a la figura de la reelección presidencial, que se discutía en aquel tiempo.
Alegre retornó a la Cámara de Senadores, donde un año después, en el 2012, fue uno de los que votaron a favor del juicio político a Fernando Lugo, cuya caída del poder se debió, principalmente, por perder el respaldo liberal.
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Dos intentos fallidos por llegar a la presidencia
Las aspiraciones de Efraín Alegre crecieron y ya en el 2013 logró posicionarse como uno de los candidatos a la presidencia de la República con la alianza Paraguay Alegre. La falta de unidad de la oposición fue la clave que lo llevó a la derrota.
Aún con las heridas del juicio político, el Frente Guasu tuvo su propia candidatura con Aníbal Carrillo y otro frente fue abierto bajo el liderazgo de Mario Ferreira con Avanza País. La dispersión de votos hizo que el Partido Colorado retorne al poder con Horacio Cartes.
En esa oportunidad, la ANR obtuvo un total de 1.104976 votos, Paraguay Alegre terminó con 900.451, Avanza País con 145.618 y el Frente Guasu con 80.934. Horacio Cartes logró el 45,68% de los votos y Efraín Alegre obtuvo el 37,11%.
Posterior a ellos, Efraín Alegre inició una intensa lucha contra Horacio Cartes, a quien calificó en varias oportunidades como narcotraficante y un líder del crimen organizado. En más de una ocasión lo implicó en el lavado de dinero como fruto del contrabando de cigarrillos.
Su segundo intento para ocupar el sillón presidencial se dio en el 2018, ya por medio de una alianza política más amplia, que también ya le incluía al Frente Guasu. La contienda electoral fue muy reñida.
El vencedor nuevamente fue el candidato de la Asociación Nacional Republicana (ANR), Mario Abdo Benítez, quien logró 1.206.067 votos. Por su parte, Efraín Alegre obtuvo 1.115.464, con el 61,40% de participación ciudadana.
La diferencia entre los principales candidatos fue de apenas el 3%, por lo que se trató de la definición más ajustada en toda la historia democrática de Paraguay.
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Un tercer intento, impulsando una figura joven
Tras imponerse recientemente en la interna de la Concertación Nacional, Efraín Alegre intentará por tercera vez llegar a la presidencia de la República. A su lado tendrá a Soledad Núñez como candidata a vicepresidenta, con la intención de captar al electorado juvenil.
La elección de la joven política causó cierto malestar en filas del Frente Guasu, por lo que un sector de la izquierda paraguaya se apartó y pasó a apoyar la figura independiente de Euclides Acevedo.
Su rival más fuerte será el colorado Santiago Peña, quien tiene fuerte apoyo del ex presidente Horacio Cartes, quien también fue electo para ocupar la titularidad del Partido Colorado.
“Yo voy a ser el próximo presidente de la República, porque vamos a ganar el 30 de abril. No vamos a hacer gobierno desde el Palacio, sino al lado de la gente, para saber los problemas y construir la patria soñada”, manifestó Efraín Alegre tras confirmase su candidatura.
Alegre hizo un llamado a los colorados a sumarse a la Concertación Nacional de cara a las elecciones generales del 30 de abril del 2023. “Este país del sicariato, del crimen organizado, de la corrupción, no es el verdadero Paraguay, esto es lo que nos pasa”, sostuvo.
También hizo mención a la senadora Esperanza Martínez, presidenta de la Concertación Nacional, y al senador y ex presidente Fernando Lugo, a quien deseó pronta recuperación y dijo que la Concertación no hubiera sido posible sin él.