EFE
El jefe del Departamento de Antigüedades Egipcias, Aymán Ashmaui, aseveró, en un comunicado, que los nuevos hallazgos revelan un aspecto inusual en la escultura egipcia: se retrata al rey con el brazo izquierdo flexionado hacia adelante, sobresaliendo del torso, en lugar de su habitual posición perpendicular al cuerpo.
Las piezas de cuarcita encontradas en el sitio de excavaciones, unas 6.400, muestran al faraón en posición erguida.
Entre otros fragmentos se descubrieron un pilar posterior tallado que muestra una escena del faraón arrodillado en frente del creador, el dios Atum.
La estatua, cuyo tamaño original era de nueve metros de altura y que pertenece a Psamético I (654-525 a.C.), faraón fundador de la XXVI dinastía, fue hallada en el popular barrio cairota de Matariya, donde en la antigüedad se levantaba la ciudad de Heliópolis.
En esta zona se encontraban varios templos, entre ellos el de Heliópolis, dios Sol, que era uno de los mayores de Egipto y del que quedaron muy poco vestigios ya que sus bloques y obeliscos fueron saqueados desde la época del Imperio Romano y durante las sucesivas dinastías musulmanas para construir edificios.
Los arqueólogos también encontraron un gran número de fragmentos de la puerta de cuarcito de los templos de Ramsés II y Nektanebo I.
Algunas de estas piezas son de valor “extraordinario”, como un friso de halcones, partes de una esfinge de granito rojo y parte de una puerta del templo de Nektanebo, según explicó en la nota el jefe de la misión arqueológica, el egiptólogo y profesor de la Universidad de Leipzig Dietrich Raue.
Las excavaciones también develaron que este templo fue reutilizado en épocas posteriores, según agregó el comunicado.