El comisario Wilson Cáceres, jefe de la Agrupación de la Lucha contra Abigeatos, detalló que el abigeato tiene un comportamiento sumamente agresivo en lo que va del presente año, cuantitativamente hablamos de entre ocho mil y nueve mil animales que fueron denunciados como hurtados, sustraídos y, en algunos casos, faltantes.
“Esta lista de faltantes es la que engrosa de manera exagerada nuestras cifras del abigeato, porque si bien los propietarios denuncian la situación a la Policía Nacional o al Departamento de Abigeato, muchas veces no pueden confirmar o descartar que esos animales hayan sido sustraídos”, indicó.
El comisario Cáceres mencionó que se debe entender que de estos animales que fueron denunciados como sustraídos, un alto porcentaje, correspondiente aproximadamente al setenta por ciento de esa cifra fueron denunciados como faltantes, el treinta por ciento de esa efectivamente fueron confirmados como hechos de abigeato, entre los que se contempla la sustracción de animales en pie, en tropa y también en faenamiento.
GOLPEA. El jefe policial refirió que el abigeato afecta a cualquier tipo de empresa o de persona física o jurídica, y como tal golpea terriblemente al pequeño ganadero.
“A la persona pobre, al campesino humilde, que le sustraigan o le faenen una vaca que justo era su sustento, es catastrófico, es como que le dejen sin brazos; a los grandes ganaderos también les afecta en el sentido de que perjudica al hato ganadero y la proyección de sus ganancias quedan estancadas o disminuidas”, detalló.
Con respecto al caso de sustracción de cerca de 300 cabezas de ganado vacuno ocurrido en octubre pasado, el comisario indicó que en lo que va del año es el caso más grande en pérdidas, en cuanto a un solo dueño.
Este evento dejó hasta el momento 14 personas detenidas, una serie de evidencias incautadas entre transganados y aparatos móviles.
Cáceres indicó que ya llegaron al sesenta por ciento de la estructura delictiva, la mayoría del resto del grupo que son diez personas ya fueron identificadas y están con orden de detención.
Confirmó que la lista aumentará, ya que la investigación sigue arrojando nuevos datos.
Ceferino Méndez, vicepresidente segundo de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), mencionó que el abigeato está clasificado como delito “desde hace demasiado tiempo”, y que se debe cambiar la ley, para que se vuelva un crimen, con su correspondiente aumento de años de pena privativa que hasta ahora el máximo es de cinco años.
“Si hoy el maltrato animal ya es crimen y por comer la vaca de tu vecino es delito nada más”, indicó.
Méndez refirió que se encuentran trabajando con algunos diputados y senadores sobre la ley del abigeato, para tratar de cambiarle algunos puntos como las penas.
POLÍTICOS. Al abigeato muchos grandes políticos fueron vinculados, como el extinto Julio César Fanego, en la zona de Paraguarí. En el 92, su hijo Jorge fue detenido por transportar en su rodado un animal robado y faenado, que aún tenía el cuero con su respectiva marca. Junto a estos, quedaron como herederos de la sucia práctica otros políticos que ayudan a permear controles.
No debería repetirse el rostro de desesperación de ningún paraguayo
El rostro de doña Clara Maris Escurra, una mujer de 63, luchadora en su kokue afincado en el Departamento de Concepción, no debió llegar a nuestras retinas.
La mujer enfrenta una profunda indignación y tristeza por dos hechos puntuales.
El primero, que el pasado 16 de noviembre, cinco de sus animales vacunos le fueron faenados por delincuentes.
Los animales representaban su sustento, economía familiar y hasta su compañía, por lo que la dejaron destrozada anímicamente.
“Mis hijos están todos afuera y mi compañía siempre fueron mis animales”, indicó sollozando.
El otro hecho que mantiene angustiada a doña Clara es que a casi un mes del suceso, no existen avances en la investigación.
“No sé nada de lo que está haciendo la Justicia, no tengo ninguna respuesta”, manifestó con preocupación.
Doña Clara indicó que se siente desprotegida, por lo que hizo un llamado a las autoridades para que prioricen estos casos y se brinde justicia a las víctimas, subrayando la importancia de proteger a los productores rurales que dependen de sus animales para sobrevivir.
Este evento pone en evidencia la creciente preocupación de los pequeños productores en Paraguay, quienes enfrentan recurrentes robos de ganado sin que las autoridades logren resultados concretos en las investigaciones.