La despedida realizada el sábado por la noche fue con agradecimiento mediante una carta escrita por los religiosos misioneros de Puerto Casado. La embarcación que pertenece a la familia Desvars, transportó carga y pasajeros en cada localidad.
“Gracias Aquidabán”, expresa el encabezado de la nota dirigida a la familia Desvars, el Astillero Desvars SRL, los tripulantes, a los revendedores, y a la opinión pública.
El texto fue firmado por el sacerdote salesiano misionero itinerante Zislao Ksiasek y la religiosa de la congregación Hija de María Auxiliadora Hermana Emilia Benítez.
Según la carta, esta fecha de la despedida a la embarcación coincide con el aniversario de fallecimiento de monseñor Alejo Ovelar, un misionero que llegó a utilizar el servicio para realizar su misión pastoral en el Chaco.
“El agradecimiento en su adiós definitivo del rio Paraguay norteño. Nuestra gratitud y reconocimiento por el testimonio de servicio y sensibilidad social de la empresa familiar y de su personal a bordo con las comunidades del Chaco, por el apoyo constante a la labor misionera a lo largo de la ribera del Vicariato Apostólico”, menciona el documento.
En esta nota de gratitud los misioneros salesianos se despiden de esta manera del Arca de Noé del Chaco, como lo califican a la moto nave Aquidabán en su último viaje de retornó a su base de Concepción.
La embarcación va dejando en cada puerto añoranzas por parte de los pobladores que cinco décadas han recibido el servicio del mercado flotante que abasteció de alimentos hasta la última población ribereña hasta donde llegó para despedirse que es la localidad de Bahía Negra.
En las redes sociales también muchos internautas de la zona dieron sus testimonios y agradecimiento por la noble tarea desempeñada por los tripulantes que viajaban a bordo del barco.
El barco Aquidabán transportaba mercaderías, llevaba encomiendas, pasajeros de cada comunidad para que puedan llegar a destino cuando no había caminos en épocas de lluvias en el Alto Paraguay.