06 mar. 2025

El atrevido libro sobre sexualidad del MEC

Un material sobre educación sexual para padres, docentes y alumnos de instituciones educativas, en proceso de análisis por el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), ha generado un revuelo mediático.

La formación en el campo de la sexualidad de niños y adolescentes es siempre un tema sensible y delicado, pues en este proceso deben incorporarse variables y protagonistas diversos; desde los padres de familia, en primera línea, y los docentes, pasando también por aspectos relacionados con la cultura y la tradición de los escolares; sus creencias y valores, así como elementos particulares de su persona, las etapas del desarrollo físico y sicológico, hasta llegar finalmente a cuestiones constitucionales.

Más allá de las críticas que ha recibido el material, sobre todo por parte de las oenegés, y que deben ser analizadas en su debido momento y en las instancias correspondientes —porque el debate y la discusión siempre son necesarios— el libro 12 Ciencias para la educación de la sexualidad y la afectividad en la escuela y la familia tiende a volverse centro de la polémica por parte de sectores denominados progresistas, principalmente, porque es un material sobre sexualidad que va a contracorriente a nivel mediático y de referentes de la prensa.

¿O acaso no es ir contra la mentalidad de la mayoría de los medios de comunicación y de las oenegés cuestionar la masturbación o la efectividad absoluta de los condones o los cuestionamientos éticos respecto a la fecundación in vitro?

Por ello, el punto central para definir una valoración del material, ya sea por parte de los padres, docentes o de la misma cartera de educación, no pasa esencialmente por calificar de “muy conservadora” tal o cual afirmación, o descalificar una indicación porque ella suena “demasiado religiosa”, etcétera, sino, más bien, por ir hasta las fuentes de investigación de la ciencia médica y sicológica sobre dichos puntos. Se trata también de hablar claro y sin falsedades.

El material cuestiona la absoluta efectividad de los preservativos para evitar embarazos o enfermedades de transmisión sexual. Algo que no suena bien o puede malinterpretarse.

Sin embargo, no se puede negar que son numerosas las investigaciones científicas que señalan que el condón masculino presenta un porcentaje de fallas para evitar un embarazo, ya que —entre otras cuestiones— puede romperse, deslizarse o tener fuga. Y esto no significa estar en contra de su uso, sino exponer realidades.

Ocurre lo mismo con los anticonceptivos. No es falso o anticientífico exponer los efectos secundarios y los peligros que puede acarrear su uso indiscriminado, como todo compuesto farmacéutico.

Igualmente, son muchas las investigaciones de especialistas del área que cuestionan y tienen sus reparos respecto a la masturbación como hábito, indicando que puede originar problemas de aislamiento.

Y respecto a la manipulación y el destino de los embriones humanos que se implantan o congelan, son innumerables las críticas y debates éticos, puesto que están en juego vidas humanas; es decir, hay cuestiones que merecen ser discutidas.

La preocupación de muchos padres de familia respecto a la inclusión de la cuestionada ideología de género en este tipo de proyectos, también debe ser tenida en cuenta, más aún, observando las consecuencias de estas perspectivas teóricas en otros países, y que van avanzando, incluso evitando las críticas, a través de la llamada cultura de la cancelación, donde toda opinión contraria es considerada fobia o discriminación.

En este contexto, es de esperar que se lleve adelante el sano y necesario debate respecto a materiales de educación sexual en instituciones educativas y que este busque, principalmente, no la difusión de ideologías o doctrinas, sino las prácticas respetuosas de la sexualidad, basadas en la dignidad humana, en su integridad, en la biología y el respeto a los padres de familia.

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