28 ene. 2025

El aumento del dólar impacta en la calidad de vida

El aumento de la cotización del dólar tiene efectos en diferentes ámbitos de la economía. Uno de los más importantes se verá en los precios de bienes y servicios básicos, necesarios para una gran mayoría de la población; el segundo, en el aumento de los costos de insumos para la producción, y finalmente, otro aspecto relevante es el impacto en el presupuesto por el pago de la deuda externa y la adquisición pública de productos importados. La política pública debe tratar de mantener una relativa estabilidad considerando estas consecuencias.

La previsibilidad es un factor fundamental para el buen funcionamiento de la economía, y la estabilidad del tipo de cambio es parte del capital acumulado por Paraguay.

El mensaje del proyecto de Presupuesto 2024 tenía previsto un tipo de cambio de G./dólar 7.366, cifra que ya manifiesta un importante margen al tipo de cambio actual que esta semana superó la barrera de los G. 7.600.

La complejidad del contexto económico nacional e internacional obliga a las autoridades económicas a diseñar e implementar medidas para contrarrestar los efectos negativos del aumento del dólar. El aumento de la cotización del dólar tiene efectos en diferentes ámbitos y uno de los más importantes es en la población.

Las intervenciones deberán combinar adecuadamente la política fiscal con la política monetaria. El desafío es tener claro el objetivo de lo que se quiere lograr.

En el centro de la solución debe estar la población, teniendo en cuenta que gran parte de ella no tiene condiciones para mitigar por sí sola los efectos, sobre todo en los costos de los bienes de consumo.

Los más afectados serán los pobres, los asalariados y la mayoría de los trabajadores por cuenta propia.

A corto plazo, el objetivo debe ser proteger la capacidad adquisitiva de los ingresos de las familias. Desde hace una década, se verifica un persistente aumento de los precios de los alimentos y de la importación de alimentos.

Si bien puede que en los promedios a nivel nacional y en la macroeconomía estas variables pierdan relevancia, a nivel de los hogares la posibilidad de una alimentación sana se reduce por la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos laborales, por lo que el consumo se traslada a alimentos menos sanos y con efectos negativos en la salud humana y en el gasto público en salud.

La política monetaria es central en este problema, al igual que la coordinación con la política fiscal. Las autoridades deben priorizar el interés general por encima de intereses particulares y corporativos.

La estabilidad y previsibilidad del tipo de cambio es central para garantizar la producción e inversión privada. Un aumento en el costo de los insumos tendrá consecuencias negativas en el país, afectando a sectores que con mucho esfuerzo generan empleos e ingresos.

Aunque en el corto plazo, para los sectores exportadores puede haber ganancias con este fenómeno, la evidencia muestra que estas son de corto plazo, ya que a mediano y largo plazo se diluyen por el efecto en el aumento del costo de los insumos importados.

En términos del presupuesto público, el aumento del dólar se traduce en un incremento de los costos de insumos, equipamientos y, por supuesto, de los recursos destinados al pago de la deuda. Por consiguiente, dado que el presupuesto está en guaraníes, habrá consecuencias directas en la capacidad del Estado para brindar bienes y servicios públicos. Un ejemplo son los medicamentos y equipamientos de salud importados.

Finalmente, otra vía de afectación negativa es a través de los combustibles importados, bienes cuyos precios tienen efectos directos en la canasta familiar –gas para consumo del hogar– e indirectos por el aumento del pasaje o de otros bienes y servicios que requieren el uso de combustibles para su producción y distribución.

Así, por múltiples vías, las modificaciones del tipo de cambio se transmiten rápidamente a precios con impacto directo en la producción y el consumo. Un rol básico de la política pública es suavizar las volatilidades y garantizar la previsibilidad económica.

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