El Batallón del Amor se acercó este lunes hasta doña Luisa, quien todos los días camina descalza desde su casa hasta un conocido supermercado de Caacupé para vender lechugas y otros verdeos.
Los ciudadanos de Caacupé, entre ellos niños, formaron parte de este acto de amor hacia el prójimo, llevando víveres, regalos y comprando sus productos, dejando el vuelto de regalo, informó el periodista de Última Hora René González.
La iniciativa Batallón de Amor continúa emocionando con sus acciones autoconvocadas en redes para sus sorpresas solidarias.
Días atrás, un nuevo gesto se volvió viral en TikTok, cuando don Andrés, un vendedor de mantelitos, fue sorprendido por un grupo de personas que compraron todo su stock en minutos. Este hermoso gesto sucedió en zona del cementerio de la Recoleta en Asunción.
Primero una joven se acercó al adulto mayor para comprar uno de sus productos y le comentó que, al otro lado de la calle, un grupo lo esperaba ansioso para adquirir el resto de sus artículos. La historia se hizo viral e inspiró a replicar más las acciones generosas.
Otro gesto de amor sucedió en Luque, cuando un grupo de personas se acercó a un abuelo vendedor de helados a quienes compraron todos sus productos y le dejaron varios obsequios. El hombre no pudo evitar emocionarse y entre lágrimas agradeció a las personas a quienes deseo una muy “feliz Navidad”.
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Erica González, una de las administradoras del Batallón de Amor en Encarnación, explicó que la organización no solo busca ayudar, sino también crear un sentido de comunidad entre los participantes.
El Batallón de Amor como un movimiento solidario nació en Venezuela gracias a la inspiración de la tiktoker andre_emprende, que ya hizo raíces en suelo guaraní. La primera acción de los jóvenes se realizó en la Costanera de Asunción en noviembre. En aquella ocasión, un adulto mayor vendedor de sándwiches fue el protagonista, y su historia también conmovió a miles a través de las redes sociales.
El grupo en Encarnación, liderado por Erica, Diana Rivarola y Lisette Armúa reúne actualmente a más de 180 participantes. Su primera actividad consistió en asistir a un hombre que vendía botiquines e hilos, demostrando que cada gesto, por pequeño que parezca, puede transformar vidas.