Mientras que las exportaciones del conjunto del bloque de los 27 al Reino Unido todavía suponían un 6,2% del total en 2019, en 2021 este porcentaje se había reducido al 5,2%, de acuerdo con un comunicado difundido por el Ifo.
Asimismo, en este periodo, las importaciones británicas a la Unión se redujeron de un 3,9% a un 2,6%.
“Una primera parte de los efectos negativos para el rendimiento económico y el comercio ya se produjeron antes de la salida del Reino Unido de la UE en 2020", afirmó Lisandra Flach, directora del Centro de Comercio Exterior del Ifo, según dicho comunicado.
“La razón fue que la incertidumbre de las empresas aumentó y que estas ya empezaron a adaptarse al nuevo entorno poco después del referéndum de 2016", agregó.
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Entre 2015 y 2019 las exportaciones de bienes comunitarios al Reino Unido ya habían caído del 7,1% al 6,2%, mientras que las importaciones se redujeron del 4,4 al 3,9%; durante el curso de la pandemia el comercio comunitario se desvió todavía más del ex miembro del bloque.
Aunque el acuerdo de comercio y cooperación con Londres logró evitar aranceles más altos, desde enero de 2021 la mayoría de los productos han tenido que superar nuevos obstáculos para cruzar la frontera entre el Reino Unido y la UE.
Estas barreras incluyen certificados de inspección u otros documentos y requisitos que hacen que cruzar la frontera sea más lento y complicado, lo que genera mayores costes comerciales.
“Estas nuevas barreras son devastadoras para las empresas de la UE y el Reino Unido, y en particular para las pequeñas y medianas empresas”, señaló Flach, que indicó que esto era todavía más problemático en tiempos de pandemia, por la dificultad para encontrar mercados alternativos.
“Las pequeñas y medianas empresas, en concreto, tienen cadenas de suministro menos diversificadas, y los costes fijos de encontrar socios comerciales alternativos pueden ser demasiado altos para ellas”, concluyó la experta.