EFE
Este cactus, que es endémico del noroccidental estado mexicano de Baja California Sur, crece de manera paralela al suelo y siempre en dirección al sol.
“Solo crece en esta parte de México, no existe en otra parte del mundo. Es una planta que cuando platico de ella, digo que es la única cactácea en el mundo que camina”, contó a Efe Alfredo Beltrán Morales, investigador del departamento académico de agronomía de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS).
El nombre científico de la chirinola es Stenocereus eruca, que significa oruga por la similitud del cacto con esta larva de insecto.
“Se va moviendo de un lugar a otro. La parte de atrás, o la parte más vieja, crece en forma de pasto, se seca y empieza a echar raíces, éstas se alimentan de la materia orgánica que dejó la planta muerta y entonces avanza muy lentamente. Esa es su principal característica”, relató.
De esta manera, la planta “tiene que morir para seguir viviendo” y su alimento son los nutrientes que ha dejado en el camino. En síntesis, dijo, es “un capricho de la naturaleza”.
El hábitat natural de la planta son los llanos de la Bahía Magdalena, una barrera arenosa de 50 kilómetros de largo y rica en recursos naturales, conocida también por ser el sitio de Baja California donde cada año se aparea la ballena gris.
El también miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) de México, comentó que la chirinola es pariente de la pitahaya dulce (Stenocereus thurberi) y una planta “muy importante e inteligente” para la zona, ya que crece en suelos “muy pobres”.
Esas características han convertido a la planta en un tesoro para los coleccionistas.
Beltrán Morales contó que hace unos años investigadores de su universidad descubrieron que los ejemplares “se pueden encontrar (cotizar) entre los 4.000 y 5.000 dólares en el mercado negro” y que su principal destino es Europa.
Las cactáceas son endémicas de América y precisamente el comercio ilegal ha sido uno de los factores para su disminución poblacional, recordó.
“Muchas personas llegaban y se las llevaban para venderlas. Es una planta extremadamente rara y eso la hace muy cotizada y, por consiguiente, susceptible a que empiece a disminuir su población”, apuntó.
Además de los traficantes, los rancheros locales han agudizado el ataque y disminución de la especie debido a que las fuertes espinas de la planta en ocasiones llegan a dañar al ganado y los productores optan por cortarlas.
“Sabemos que son muy espinosas y, cuando el ganado anda pastando, (los rancheros) las quitan Y esa es una de las formas en las que se depreda”, explicó a Efe Sullivan Higuera Navarro, promotor forestal de la Comisión Nacional Forestal de Baja California Sur.
Señaló que en los últimos años los agricultores depredaron sin miramiento la chirinola como parte de la preparación de sus tierras de cultivo, por lo que actualmente su hábitat corre riesgo.
El cactus reptante está catalogado en la categoría A de la NOM-059 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) de México como especie amenazada.
Asimismo, está incluida en la Lista Roja de Especies en peligro de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).