El equipo científico simuló modelos climáticos globales con una resolución sin precedentes, los cuales revelan el posible fin de ese ciclo de temperaturas.
El ciclo entre las condiciones cálidas de El Niño y las frías de La Niña en el Pacífico oriental, comúnmente conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENSO) persistió sin grandes interrupciones durante al menos los últimos 11.000 años.
Sin embargo, esa situación podría cambiar en el futuro, advierten los autores encabezados por la Universidad Nacional de Pusan (Corea del Sur), con participación del Instituto Max Planck (Alemania) y la Universidad de Hawai en Manoa (Estados Unidos).
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La investigación documenta que “es probable que un calentamiento sin freno silencie el más poderoso columpio climático natural del mundo, que estuvo funcionando durante miles de años. Todavía no conocemos las consecuencias ecológicas de esta posible situación sin precedentes”, pero “estamos deseando averiguarlo”, señaló uno de los autores, Axel Timmermann, de la Universidad de Pusan.
El experto recordó que dos generaciones de científicos del clima estudiaron esta cuestión utilizando modelos climáticos de diversa complejidad. Algunos simulaban una mayor debilidad; otros predecían mayores oscilaciones de temperatura en el Pacífico oriental en un futuro clima más cálido.
El nuevo estudio se basa en modelos climáticos globales que pueden simular de forma realista los ciclones tropicales y las ondas de inestabilidad tropical en el océano Pacífico ecuatorial, que juegan un papel fundamental en la generación y la terminación de El Niño y La Niña.
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Durante más de un año se completaron una serie de simulaciones de un siglo de duración que cubrían el clima actual y dos niveles diferentes de calentamiento global.
El resultado de las simulaciones “es claro: el aumento de las concentraciones de CO2 debilitará la intensidad del ciclo de temperatura del ENSO”, afirmó Christian Wengel, primer autor del estudio y del Instituto Max Planck.
Los futuros episodios de El Niño perderán calor hacia la atmósfera más rápidamente debido a la evaporación del vapor de agua, que tiende a enfriar el océano.
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Además, la reducción de la diferencia de temperatura futura entre el Pacífico tropical oriental y el occidental también inhibirá el desarrollo de temperaturas extremas durante el ciclo ENSO.
Sin embargo, estos dos factores se ven parcialmente compensados por un futuro debilitamiento previsto de las ondas de inestabilidad tropical, que pueden abarcar hasta el 30% de toda la circunferencia terrestre, y se desarrollan durante las condiciones de La Niña.
Al sustituir las aguas ecuatoriales más frías por otras más cálidas se aceleraría la desaparición de un evento de La Niña.
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En conclusión, “los futuros fenómenos de El Niño y La Niña ya no podrán desarrollar toda su amplitud”, según Malte Stuecker, coautor del estudio de la Universidad de Hawai.
Aunque es probable que las fluctuaciones anuales de las temperaturas del Pacífico ecuatorial oriental se debiliten con el calentamiento inducido por el hombre, los correspondientes cambios en los extremos de las precipitaciones relacionados con El Niño y La Niña seguirán aumentando debido a la intensificación del ciclo hidrológico en un clima más cálido, agrega el estudio.