Los dinosaurios tipo saurópodos, que se convirtieron en las especies herbívoras gigantes de finales del Jurásico, como el Diplodocus y el Brachiosaurus, pudieron prosperar y expandirse por nuevos territorios a medida que el planeta se calentaba tras la extinción, hace 201 millones de años.
Las nuevas pruebas las aporta un estudio realizado por científicos británicos, brasileños y alemanes, basado en modelos matemáticos que publica Current Biology.
El equipo comparó modelos informáticos de las condiciones climáticas globales prehistóricas, como la temperatura y las precipitaciones, con datos sobre las distintas ubicaciones de los dinosaurios extraídos de fuentes como la Base de Datos de Paleobiología.
Con estos datos demostraron que los saurópodos y animales similares, con sus largas colas y cuellos y sus pequeñas cabezas, fueron el éxito arrollador de un turbulento periodo evolutivo, explicó la Universidad de Birmingham (Reino Unido), una de las firmantes.
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“Lo que vemos en los datos sugiere que, en lugar de que los dinosaurios fueran superados por otros grandes vertebrados, fueron las variaciones en las condiciones climáticas las que restringieron su diversidad. Pero una vez que estas condiciones cambiaron en el límite entre el Triásico y el Jurásico, pudieron prosperar”, indicó una de las investigadoras, Emma Dunne.
Estos resultados fueron “algo sorprendentes” para el equipo porque, destacó Dunne, los saurópodos eran “realmente exigentes desde el principio: más adelante en su evolución siguen permaneciendo en zonas más cálidas y evitan las regiones polares”.
El coautor del trabajo Richard Butler, de la misma universidad, destacó que “el cambio climático parece haber sido realmente importante para impulsar la evolución de los primeros dinosaurios”.
El equipo prevé ahora utilizar las mismas técnicas para comprender el papel del clima en los siguientes 120 millones de años de la historia de los dinosaurios.