En menos de un año, cuatro informes del grupo de expertos de la ONU sobre cambios climáticos ilustraron un panorama demoledor para la Tierra, que fueron publicados en paralelo al auge de una movilización ciudadana mundial. Ambos factores aumentan la presión sobre los países firmantes del Acuerdo de París, presentes en la capital española para la cumbre COP25.
Los últimos cuatro años fueron los más cálidos jamás registrados en el planeta, en el 2019 probablemente completará el lustro, después de que julio se convirtiera en el mes más caliente de la historia.
Y solo es el principio. El mundo se calentó 1ºC desde la era preindustrial. Pero si el mercurio continúa subiendo al ritmo actual bajo el efecto de las emisiones de gases de efecto invernadero, el techo ideal de +1,5ºC fijado en el Acuerdo de París de 2015, será alcanzado entre 2030 y 2052, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU.
Incluso si los Estados mantienen sus compromisos de reducción de emisiones, a finales de siglo se alcanzará +3ºC, mientras que cada medio grado suplementario aumenta la intensidad y/o la frecuencia de catástrofes meteorológicas.
Además, los científicos que trabajan sobre nuevos modelos climáticos que servirán de base para el próximo informe del IPCC de 2021 sugieren un calentamiento todavía más acentuado de lo previsto, con el peor escenario a +7ºC en 2100.
Si bien es difícil atribuir una catástrofe específica a un desarreglo climático, la multiplicación de los fenómenos climáticos extremos se adecua a las previsiones de los científicos: canículas excepcionales en Europa, incendios devastadores en Siberia y Australia, paso del ciclón Idai en Mozambique, Venecia bajo el agua.
CONSECUENCIAS. En un mundo a +1,5ºC, los episodios de precipitaciones fuertes serán más frecuentes, intensos y/o abundantes, según el IPCC. La frecuencia e intensidad de las sequías también aumentarán.
Así medio grado adicional supondrá ya una diferencia neta en términos de impacto. Y un techo de +2ºC, el objetivo mínimo del Acuerdo de París, provocará ciclones, huracanes y tifones más potentes.
Según un informe de la ONU publicado esta semana, las emisiones de CO2 progresaron un promedio de 1,5% anual en la última década y no hay ninguna señal de que vayan a disminuir. Sin embargo, deberían bajar 7,6% anual entre 2020 y 2030 para respetar el límite de +1,5 ºC.
A finales de 2018, los principales gases de efecto invernadero alcanzaron nuevos récords de concentración en la atmósfera, en particular el CO2, con 407,8 partes por millón (ppm).
Según el IPCC, el nivel del mar aumentó 15 cm durante el siglo XX. El ritmo de esta elevación se acelera, amenazando las zonas costeras poco elevadas en las que vivirán en 2050 más de 1.000 millones de personas. Prácticas agrícolas, explotación forestal, contaminación. Según los expertos de biodiversidad de la ONU (IPBES), se ha degradado el 75% del medioambiente terrestre y el 66% del medioambiente marino. Resultado: un millón de especies animales y vegetales están en peligro de extinción, muchas de ellas en los próximos años.
“Debe cesar guerra contra el planeta”
Catástrofes climáticas, seguridad alimentaria precaria, aumento del nivel del mar: “Debemos poner fin a nuestra guerra” contra el planeta, que “está contraatacando”, clamó ayer el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, criticando los esfuerzos “totalmente insuficientes” contra el calentamiento global. Con tono combativo en la víspera de la apertura de la conferencia sobre el clima de la ONU COP25, Guterres pintó un panorama sombrío para el futuro de la humanidad, ya enfrentada a una “crisis climática”.