Andrés Colmán Gutiérrez
@andrescolman
El 21 de marzo de 1869, en los meses finales de la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), un contingente de 2.021 personas, principalmente mujeres, ancianos y niños, empezaron a llegar a la entonces lejana villa de Yhú enviadas en confinamiento por el mariscal Francisco Solano López, por ser familiares de los presuntos traidores, juzgados en los tribunales de sangre de San Fernando.
“A todas las traidoras que iban llegando a Yhú, el juez de paz les anotaba minuciosamente en un libro y les notificaba que bajo ningún pretexto podían alejarse del pueblo a la distancia de una legua, en todas las direcciones, so pena de ser consideradas como desertoras y penadas con lanceamiento”, relata Héctor Francisco Decoud, quien era un niño de 10 años cuando acompañó a su madre Concepción Domecq y a otros familiares en el largo calvario.
Las destinadas permanecieron en Yhú desde marzo hasta setiembre de 1869. El sitio del caserío en donde fueron ubicadas quedó en los relatos orales como “Destinada Campamento Kue”, pero su ubicación se había perdido en la memoria colectiva.
Tras la publicación de una historieta de Andrés Colmán y Enzo Pertile en el álbum de cómic Epopeya Guerra Guasu en 2016, Eladio Jara, padre del actual intendente municipal de Yhú, Arturo Jara Espinoza, ayudó a encontrar el sitio, un campo desolado a 3 kilómetros del centro urbano, al costado de la flamante ruta 13.
rescate. “Es una parte de la historia de la que no se quería conocer tanto, hasta hace poco. Ahora los jóvenes tienen otra visión y es necesario rescatar esta memoria”, dice el intendente Jara, quien busca recursos y apoyo para convertir el lugar en patrimonio histórico y en un sitio de atracción.
“La idea es construir un monumento recordatorio sobre la ruta 13, a la entrada de la ciudad, frente al lugar donde estuvo el campamento, y poder inaugurarlo en el 2019, cuando se cumplirán los 150 años del paso de las destinadas por Yhú”, destaca.
Eusebio Jara, bisabuelo del intendente, era un niño que pudo presenciar el episodio de las destinadas en 1869 y fue su relato oral, transmitido a sus descendientes, el que ayudó a ubicar el sitio exacto donde estuvo el campamento, al igual que un antiguo cementerio en las cercanías de la Laguna Verá, un espejo de agua que actualmente es también un sitio de atracción natural en las afueras de Yhú.
heroína. Junto a la puesta en valor del antiguo campamento de las destinadas, las autoridades también buscan rescatar la figura de María Ana Paredes de Villagra, una pobladora yhuense de la época, que es mencionada en las memorias de la madama francesa Dorotea Duprat de Lasserre, una de las sobrevivientes de aquel episodio, como una mujer que desafió las prohibiciones para brindar ayuda humanitaria a las cautivas en la “cárcel sin murallas”.
En sus apuntes, publicados por primera vez en 1871, madama Dorotea relata: “Nunca me olvidaré de esa campesina, de maneras nobles y bondadosas, reuniendo en sí todas las cualidades de una gran señora, que aunque en camisa y haciendo toda clase de trabajos puede sin recelos ocupar un buen lugar en un palacio. Me la figuro siempre con su sonrisa buena y su porte gracioso y majestuoso a la vez, trayendo a mamá el almuerzo a la cama. La mujer que describo es una paraguaya, una excepción, se llama María Ana Paredes de Villagra, nacida y criada en Yhú. Esa mujer me hizo pasar el tiempo sin sentirlo”.
Yhú, a 50 kilómetros de la ciudad de Caaguazú, pudo romper el aislamiento de largas décadas con la culminación del asfaltado de la ruta 13, que se conoció como “la ruta de la mentira” por las promesas incumplidas. La vía conectará con la ciudad de Ypejhú, Canindeyú, en la frontera con Brasil.
“Recuperar nuestra rica historia de la época de la Guerra Guasu nos permitirá ofrecer nuevos atractivos a los visitantes”, sostiene Arturo Jara.