El Gobierno decretó que en 2020 iniciará la producción controlada de cáñamo con fines industriales y dispuso que el cultivo sea parte de la agricultura familiar campesina.
Actualmente, la planta es cultivada en cinco departamentos del país, por 39 familias de agricultores, en un total de 60 hectáreas, señala un informe del canal Telefuturo.
Israel Ibarra y Darío Mena son dos de los agricultores dedicados a la producción del cáñamo, en la compañía Francisco Acuña de Figueroa, de la ciudad de Altos, del Departamento de Cordillera, y están trabajando con el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y empresas a cargo de la industrialización.
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Desde hace años, ambos cultivan rubros tradicionales sin mayores resultados para el avance económico de sus familias. Coincidieron en que se ha sacrificado mucho sin obtener muchos resultados.
Tal es el caso de la producción de tomate o sandía en la zona, cuyas parcelas se tienen que cuidar más cuando hay heladas, uno de los campesinos indicó que no ocurre lo mismo con el cáñamo, que con las últimas temperaturas bajas apenas quemó las hojas sin causar otros daños.
“Nada luego no anda acá, se planta poroto y eso y no anda. Algo tiene fruto y comen los pájaros, el maíz luego no plantamos más y poroto no quiere la gente”, comentó un agricultor.
Los productores del cáñamo industrial cuentan con un permiso especial, que les avala el cultivo de las parcelas y son constantemente monitoreados por funcionarios del MAG y las empresas, que trabajan conjuntamente con ellos.
La tierra en la que cultivan Ibarra y Mena, por ejemplo, eran parcelas de sandía. En el Departamento de Paraguarí, donde se dedican al cultivo de renta de papas y cebollas, también se va a plantar cáñamo con un sistema de riego, como otro ingreso para el productor.
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La ingeniera Gianina Rolón, en representación de las empresas, explicó que actualmente trabajan con la nuez descortezada, pero que hay otras proyecciones con el cultivo de la planta.
La empresa dedicada a la industrialización firma un contrato previo con el agricultor para la compra de la totalidad de la producción, proveyéndole además la semilla, productos agroquímicos y acordando un seguimiento técnico de manera periódica.
Actualmente, se pretende expandir la producción a miles de hectáreas más e introducir el cultivo del cáñamo industrial como rubro de renta de la golpeada agricultura campesina.