La estrella del R&B de la década de 1990, R. Kelly, cuyo nombre completo es Robert Sylvester Kelly y que ahora tiene 55 años, fue hallado culpable de 6 de los 13 cargos que se le imputaban, tres de ellos relacionados con la pornografía infantil y otros tres vinculados a persuadir a menores para tener sexo con ellos.
R. Kelly está bajo vigilancia suicida en una prisión de Nueva York por su propio beneficio, después de que fuera declarado culpable en un proceso que se prolongó seis semanas y en el que decenas de personas testificaron en su contra.
A lo largo del proceso neoyorquino, la Fiscalía llamó al estrado “a 45 testigos y presentó cientos de pruebas, incluidas pruebas escritas, grabadas en video y grabadas en audio del abuso al que el acusado, con la ayuda de sus empleados y asociados, sometió a sus víctimas”.
Los fiscales habían solicitado a la jueza una sentencia superior a los 25 años, y una multa de entre USD 50.000 y 250.000 (que finalmente quedó en USD 100.000) “a la luz de la gravedad de los delitos, la necesidad de que sirva como disuasión y la necesidad de proteger al público de nuevos delitos del acusado”.
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Por su parte, la defensa había pedido que no superara los 10 años, alegando, la “traumática infancia del acusado, incluidas las evidencias de una historia de abusos sexuales por miembros de la familia y no familiares”.
Una decena de testigos aseguraron durante el proceso haber sido objeto de abusos por parte de R. Kelly, mientras que otros detallaron un continuo patrón de abusos.
Las mujeres describieron sobre el estrado a una carismática celebridad que frecuentemente escogía a jóvenes víctimas que asistían a sus conciertos, a quienes a veces asaltaba sexualmente entre bambalinas minutos después del evento.
Los testimonios también revelaron abusos prolongados por parte de Kelly contra sus parejas, a quienes golpeaba y forzaba a que lo llamaran “daddy” (papi).
Asimismo, controlaba cómo se vestían, cuándo podían usar el baño o comer, cómo debían interactuar con otros hombres o si podían salir de las habitaciones de las residencias u hoteles en las que las retenía.
Además, destaparon que R. Kelly utilizaba a toda una red de empleados para ayudarlo en sus esfuerzos de captar a chicas jóvenes, aislarlas e intimidarlas.