El arzobispo de la Catedral Metropolitana de la Santísima Asunción mencionó para los medios de prensa que acudía con la misión de replicar lo que hizo el papa Francisco. Después de haber abierto la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, el 24 de diciembre pasado, el Santo Padre abrió una segunda puerta en la cárcel de Rebibbia, en Roma, como un signo de cercanía con los detenidos. El cardenal hizo lo mismo en Tacumbú.
“Es la primera vez que el Santo Padre realiza ese acto simbólico de apertura del Jubileo para también transmitir esperanzas de que Dios no se olvida de sus hijos, por más que estén en situaciones muy difíciles de encierro”, refirió.
A la pregunta de cómo ve la lucha contra el crimen organizado dentro las cárceles, el cardenal refirió que hay buenas intenciones, pero es necesario que también sea una reforma donde también se agreguen las instituciones que podrían estar pensando en esa reforma y rehabilitación.
“Creo que podría ser un buen antídoto a lo que es el crimen organizado y la problemática que a veces encontramos con el irrespeto a los derechos humanos en sistemas de hacinamientos”, mencionó
Rancho alta. Por su parte, el director de la Penitenciaría Nacional de Tacumbú, Luis Esquivel, mencionó que para la misa fueron invitados los internos denominados de Rancho Alta, que indicó, “son la población más vulnerable y carenciada de la penitenciaría”. Sin embargo, con mínima cantidad de personal la seguridad estaba garantizada.
Al respecto señaló que hay una presencia total del Estado, “después de Veneratio el Estado paraguayo retomó la penitenciaría, se le quitó a la gente que había tomado el penal y el orden y la disciplina se mantienen, la población penitenciaria está contenida”, detalló.
En conversación con nuestro medio, refirió que a partir de las 17:00 ya no debe haber un solo interno fuera de los pabellones, hasta las 06:00 de la mañana. “Anteriormente estaban todos sueltos las 24 horas y no se podía ni controlar”. Mencionó que a ciertas horas establecidas, recibe el reporte de la situación de los pasillos que deben estar libres de circulación de internos.
La penitenciaría alberga actualmente a 1.952 internos que, según comentó, no llegará a más de 2.000 y que incluso irá disminuyendo, ya que existen muchos planes de reinserción que el Ministerio de Justicia aplicará este año, a cargo del Viceministerio de Política Criminal.
Esquivel también recordó que antes, cuando la población penitenciaria era mucho más amplia, estos llegaban a pasearse libremente hasta el portón N° 5. En este momento los mismos son contenidos hasta el portón N° 7 y que de ahí solo pueden avanzar para trámites judiciales, con máxima seguridad y esposados.
En otro momento también apuntó que cuando fue nombrado en el 2023 por el ministro de Justicia Ángel Barchini llegó a la dirección solo en papeles, ya que el que dominaba el lugar, era Javier Rotela, líder del Clan Rotela.
Contó que antes de Veneratio, ante una indisciplina de un interno, este era llevado hasta el calabozo, pocos minutos después debía de ser liberado, ya que miembros del clan se agrupaban y amenazaban con amotinarse.
“En este momento son contados los casos de indisciplina, porque ya nadie está para sacarlos; es más, si notamos que alguno apunta a liderar grupos, son enviados a penitenciarías de máxima seguridad”, detalló.