Fue el 18 de febrero de 2010. Ese día jueves, Miguel Insfrán Galeano, alias Tío Rico, compareció ante el Ministerio Público por un caso de desaparición de personas. El reloj marcaba las 10:15 cuando el entonces fiscal de Antisecuestro, Francisco Ayala, le tomó declaración.
Édgar Lomaquis González y quien era su secretario, Alexander Doldán Rojas, habían desaparecido justo después de una transacción comercial con Insfrán.
Conocía a Lomaquis y al empleado de este desde hacía mucho tiempo y esporádicamente trabajaba con ellos, según declaró Tío Rico en la causa que, a la fecha, no registra avances significativos.
Édgar Lomaquis tenía un amplio historial delictivo. Casos de estafa y reducción engrosaban su prontuario. Sin embargo, siempre conseguía zafar de los líos judiciales.
La última comunicación de Lomaquis con quien era su abogado, de nombre Alexis Monges, se dio en la noche del 9 de febrero de 2010. Después ya no se supo su paradero.
Según la declaración de Insfrán, el 8 de febrero había conversado personalmente con Édgar, quien le debía la suma de G. 45 millones. Manifestó que ese día inclusive le prestó su camioneta.
Al día siguiente, siempre de acuerdo con su declaración, Alexander Doldán le retornó su vehículo y Lomaquis, a través de una llamada telefónica, le solicitó en préstamo un monto mucho más elevado del que ya le adeudaba, G. 100 millones.
Finalmente terminaron negociando sobre una camioneta de la marca BMW del año, propiedad de Lomaquis. El 10 de febrero, según precisó, entregó la millonaria suma de dinero a Doldán y por última vez conversó por teléfono con Lomaquis.
El conocido abogado Jorge Vasconcellos, quien cuando eso representaba a Lomaquis, había manifestado a los medios que su cliente se encontraba privado de su libertad de manera forzosa, presumiblemente por causa de una cuenta impaga de G. 300 millones. La última llamada que registró el número de Lomaquis ubicó su teléfono celular en Salto del Guairá. Nunca más se supo de ellos.
LLAMATIVAS CONEXIONES
El pasado 15 de marzo, en el marco de la Operación A Ultranza PY, una comitiva fiscal y de la Senad allanó depósitos en la ciudad de Mariano Roque Alonso que eran utilizados por una empresa llamada Guaraní Business, vinculada al esquema de lavado de activos dirigido por el prófugo Miguel Insfrán.
Según los investigadores, estos depósitos sirvieron para acopiar los 4.178 kg de cocaína que en noviembre del año pasado fueron incautados en el puerto de Róterdam, en Países Bajos.
Cuando la noticia sobre la incautación de la droga procedente de nuestro país acaparó los espacios informativos locales, apareció el exportador.
Rodrigo Montalva se presentó a los distintos medios de comunicación como propietario de la firma Guaraní Business. En una suerte de deslindar responsabilidades dijo que su envío consistente en bolsas de soja fue contaminado en tránsito.
En el portal del IPS, Montalva figura como empleado de la empresa “Semi-Remolque & Trucks SA”. Aunque registra diciembre de 2009 como último periodo abonado, figura en estado activo.
Semi-Remolque & Trucks SA era la empresa del desaparecido Édgar Lomaquis y Montalva su empleado.
La hermana de Rodrigo, Leina Montalva, era síndico titular de la firma allá por el año 2009.
Los hermanos también conformaban en aquél entonces la empresa LomaTrucks SA, que tenía como presidente al secretario de Lomaquis, igualmente desaparecido, Alexander Doldán.
EL PERFIL DE TÍO RICO
Miguel Insfrán, conocido por el alias de Tío Rico, prófugo desde la reciente operación antidroga A Ultranza Py, se inició en el crimen organizado, según los investigadores, cometiendo delitos relacionados al robo, desarme de vehículos y reducción.
Posee una larga trayectoria criminal y de esto da cuenta un informe filtrado de la Unidad de Investigación Sensitiva (SIU) de la Senad, con fecha 21 de febrero de 2022, dirigido al fiscal Deny Yoon Pak de la Unidad Penal N° 7 - Especializada en la Lucha Contra el Narcotráfico.
En el año 2007, una comitiva fiscal y policial allanó depósitos en Mariano Roque Alonso que funcionaban como desarmaderos de vehículos robados.
Surgió entonces el nombre de Miguel Insfrán, quien arrendaba estos lugares, como el principal sospechoso de liderar una banda de reducidores de vehículos.
Con el correr de los años, Tío Rico fue incursionando en actividades vinculadas al narcotráfico, hasta conformar una amplia e importante estructura criminal, con soporte logístico para el tráfico de sustancias ilícitas por vía aérea y terrestre, según el extenso informe.
Insfrán conformó distintas empresas, las cuales estarían operando en un esquema de lavado de activos que funciona dentro del entorno familiar a través de sus hermanos.
“Estas maniobras de índole financiero le han permitido la adquisición y administración de bienes de alto valor económico por intermedio de las empresas, como también el acceso a grandes sumas de dinero”, dice otra parte del documento de inteligencia filtrado.
La investigación asoció a Tío Rico con Sebastián Enrique Marset Cabrera. Juntos, de acuerdo con el informe, conformaron toda una ingeniería de tráfico internacional, la cual permitió el tránsito de grandes cantidades de droga.
Insfrán y Marset, ambos considerados en la investigación cabecillas de la estructura encargada del envío de cocaína a Europa y África, poseen orden de captura internacional, con notificación roja de Interpol. El 22 de febrero pasado inició la Operación A Ultranza Py que derivó en la detención de al menos siete personas. La investigación inició ya en el año 2019.