Esas neuronas son incluso más grandes que las de personas de entre 20 y 30 años más jóvenes y no presentan una característica propia del alzhéimer, señala un estudio de la Universidad Northwestern (EEUU) que publica The Journal of Neuroscience.
La autora principal de la investigación, Tamara Gefen, señaló que creen que las neuronas más grandes “son una firma biológica de la trayectoria de superenvejecimiento”, puede que estén presentes desde el nacimiento y se mantengan estructuralmente a lo largo de la vida.
El centro universitario tiene un programa de investigación sobre el “superenvejecimiento” que estudia a personas de más de 80 años que muestran una memoria al menos tan buena como la de individuos 20 y 30 años más jóvenes.
El equipo quiere entender los rasgos biológicos de este colectivo, para lo que estudiaron la corteza entorrinal del cerebro, formada por seis capas de neuronas superpuestas, que controla la memoria y es uno de los primeros lugares afectados por el alzhéimer.
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La capa II de esa corteza recibe información de otros centros de memoria y es un centro muy específico y crucial en el circuito de la memoria.
Características
Los “superancianos” tienen neuronas grandes y más sanas en esa capa, en comparación con sus compañeros de la misma edad, con individuos con fases tempranas de la enfermedad de Alzheimer e incluso con individuos 20 y 30 años más jóvenes.
Además, esas grandes neuronas están a salvo de la formación de ovillos de proteína tau, que es una de las características del alzhéimer.
Los hallazgos sugieren que una neurona que se salva de la formación de ovillos puede mantener su integridad estructural; es decir, permanecer sana y grande, y lo contrario también parece ser cierto: los ovillos de Tau pueden provocar el encogimiento de las neuronas, según los autores.
El equipo analizó post mortem los cerebros de seis “superancianos”, siete individuos de edad avanzada cognitivamente media, seis jóvenes y cinco con fases iniciales de alzhéimer, para calcular el tamaño de las neuronas de la capa II del córtex entorrinal en comparación con otras capas y medir la presencia de ovillos tau.
Los investigadores señalaron que hacen falta más estudios para entender cómo y por qué se conserva la integridad neuronal en algunos ancianos, y quieren centrarse en analizar el entorno celular.