04 jul. 2025

El Chayo, líder del cartel Caballeros Templarios que murió dos veces

Por Leticia Pineda, de AFP

MÉXICO DF

El capo mexicano Nazario Moreno El Chayo, cuya segunda muerte fue anunciada este domingo, era una leyenda en Michoacán, donde sus seguidores le erigieron altares de santo y crecían los relatos de que no había sido abatido en un tiroteo en 2010, como se dijo oficialmente.

El domingo el Gobierno de Enrique Peña Nieto anunció que fue abatido en un enfrentamiento con militares Nazario Moreno, conocido por motivar con un discurso pseudorreligioso a sus sicarios, cuyos crímenes justificaba como “justicia divina”.

Según una presunta autobiografía disponible, el capo tuvo una infancia llena de pobreza y sufrió violencia por parte de su madre, quien tuvo 12 hijos que fueron abandonados por el padre.

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Moreno se ganó el mote de El Más Loco por su propensión a pelear. Como muchos otros michoacanos, Moreno decidió partir en los años 90 a Estados Unidos, donde se involucró en el tráfico de marihuana desde el estado mexicano de Tamaulipas.

En Tamaulipas, el capo se vinculó con el cartel del Golfo y su entonces brazo armado Los Zetas, un grupo creado por ex militares de élite que desertaron.

Al regresar a Michoacán, Moreno formó hacia 2005 La Familia y logró que Los Zetas le enviaran instructores para adiestrar a sus pistoleros, a quienes luego enfrentó y expulsó de su territorio.

En su guerra contra Los Zetas, Moreno hizo un masivo reclutamiento de pistoleros para La Familia, entre ellos muchos jóvenes que estaban en rehabilitación por adicción a las drogas, empleando por primera vez en México una doctrina religiosa que justificaba su accionar violento.

En octubre de 2006 La Familia hizo una aterradora aparición pública arrojando las cabezas de cinco personas en una pista de baile de la ciudad de Uruapan (Michoacán) acompañadas de este mensaje: “Solo muere quien debe morir. Sépanlo toda la gente; esto es justicia divina”.

evangelio. Como líder de La Familia, Moreno creó un manual al que llamó “El evangelio de La Familia”, que distribuyó entre sus sicarios y en el que irónicamente el capo narcotraficante les prohibía el uso de drogas o alcohol.

Pero la leyenda de El Chayo se empezó a escribir cuando el Gobierno mexicano le dio por muerto tras un enfrentamiento con la policía en diciembre de 2010.

Mientras La Familia se escindía y cedía terreno a un nuevo cartel, Los Caballeros Templarios, en Michoacán se promovió el culto a “San Nazario”.

Vistosos altares se construyeron en los pueblos, que lucían la cruz roja que identifica a los Templarios y una figura de un santo vestido a la usanza medieval con la cara de Moreno.

“Oh, señor, todo poderoso. Líbrame de todo pecado. Dame protección bendita, a través de San Nazario”, reza una de las estampitas con su imagen que sus hombres obligaban a vender a comerciantes.