En una investigación llevada a cabo por expertos del Instituto Potsdam para Investigación del Impacto Climático de la Universidad de Columbia y del MCC, los científicos yuxtaponen cambios observados a diario en la temperatura con datos económicos extraídos de más de 1.500 regiones de todo el mundo durante más de 40 años.
“Sabemos desde hace un tiempo que cambios anuales implican que la temperatura impacta en el crecimiento macroeconómico”, señala el principal autor del estudio, Maximilian Kotz.
El experto agrega que ahora, por primera vez, también se puede demostrar que las variaciones de temperatura de un día a otro tienen “un impacto substancial”.
“Si esta variabilidad se incrementa en un grado centígrado, el crecimiento económico se reduce como media en 5 puntos porcentuales”, dijo.
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La investigación revela que las economías en regiones del sur de bajos ingresos son las que resultan particularmente afectadas, según la coautora del estudio, Leonie Wenz.
“Encontramos que la familiaridad con las variaciones en la temperatura es importante: las economías de Canadá o Rusia, donde la media mensual varía en más de 40 grados en un año, parecen mejor preparadas para afrontar las fluctuaciones en las temperaturas diarias que las regiones de latitudes bajas, como zonas de América Latina o el sureste asiático, donde las diferencias de las temperaturas estacionales pueden ser tan pequeñas como 3°C”, explica Wenz.
Apunta que esto es probable porque “los granjeros y los propietarios de los pequeños negocios han cultivado la resiliencia frente a la variabilidad de la temperatura”.
Wenz apunta asimismo que “incluso en latitudes similares, las economías de regiones pobres quedan afectadas de manera más fuerte cuando las temperaturas diarias fluctúan que en otras regiones ricas”.
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Si las temperaturas diarias se desvían de las expectativas estacionales, elementos fundamentales de la economía reciben un impacto negativo, como el rendimiento de la cosecha, la salud humana, las ventas y los costes operacionales, según el estudio.
Los investigadores compararon la variabilidad de la temperatura de año en año entre 1979 y 2018 con los correspondientes indicadores económicos de cada región y estudiaron un total de 29.000 observaciones individuales.
Según el coautor Anders Leverman, de la Universidad de Columbia (Nueva York), “la rápida variabilidad en la temperatura es algo completamente diferente a los cambios en el largo plazo”.
“El verdadero problema ocasionado por el cambio climático son los impactos inesperados, porque es más difícil adaptarse a ellos”, observa.
“Los granjeros y otros empresarios de todo el mundo han comenzado a adaptarse al cambio climático, ¿pero qué pasa si el tiempo se vuelve más errático e impredecible? Lo que hemos demostrado es que el clima errático ralentiza la economía”, señala.
El experto considera que los gobiernos y la industria “han de tener esto en cuenta cuando debatan el coste real del cambio climático”.