El oficialismo atraviesa por tensiones y es momento de volver a traer tranquilidad para no afectar la gestión de gobierno. Por ese motivo, tras la llegada de Santiago Peña de Chile, el comando de Honor Colorado se reúne este mediodía en un almuerzo.
El lugar es clave, Mburuvicha Róga, una señal política luego de las críticas que recibió el presidente por haber ido a la casa de Horacio Cartes a su regreso de Washington, para informarle sobre su viaje. El hecho fue tomado como una actitud de sumisión hacia el líder del Partido Colorado, como el poder real en el gobierno de Peña.
Así también, desde que asumió el presidente, esta será la primera vez que Horacio Cartes se traslada hasta Mburuvicha Róga.
El oficialismo quiere dar una señal de unidad y la reunión del comando es una decisión política que tomó el equipo del movimiento para mantenerse fuera de discordias y evitar las crisis, como lo había comentado el mismo Peña.
“Lo que nos ha funcionado muy bien es tener este espacio, que es como un comando nacional donde hay senadores, diputados, ministros, ex parlamentarios, jóvenes, adultos de mucha experiencia, y ese espacio que hemos utilizado a lo largo de la campaña y tiramos los problemas ahí, y cada uno desde su óptica contribuye para que podamos tener una visión mucho más amplia en la política. Hoy como presidente es un espacio que me interesa, le podés llamar un gabinete de crisis, una caja de resonancia, pero lo peor que le puede pasar al Paraguay y la democracia es un presidente aislado que toma decisiones en solitario sin escuchar a nadie. Yo quiero escuchar a todos, la decisión va a ser siempre mía, es mi responsabilidad, pero yo no quiero perder la capacidad de poder escuchar la opinión de todos”, sostuvo Peña.
Tensiones. Son varios los torbellinos que atravesó el gobierno de Peña en estos casi tres meses. El más notorio fue el generado por los aumentos al Ejecutivo y a los parlamentarios, una contradicción al discurso de austeridad con la que empezaron la gestión. Recientemente además hubo alertas por el decreto del presidente que reconfiguraba el Gabinete Civil y daba más atribuciones a Lea Giménez, algunas incluso colisionando con las del vicepresidente Pedro Alliana.
Las diversas polémicas hicieron notar que existe un peñismo incipiente generado por las diferencias en líneas políticas, y que se conformaron núcleos entre cartistas y aliados a Peña.
El liderazgo indiscutible en el movimiento es de Horacio Cartes, quien además controla al Partido Colorado como presidente. Peña sabe que depende del apoyo de esta nucleación y que sin el respaldo de su mentor, el Gobierno irá a pique.
Sin embargo, el presidente sabe que necesita autonomía y sortea entre sus objetivos y los intereses de otros sectores que pueden colisionar con sus proyectos.
Teniendo en contra que no tiene el respaldo de un movimiento propio en su partido por falta de carrera política, Peña busca igualmente asegurar su primer anillo leal que le asegure estabilidad.