El mundo de los símbolos es más importante que las capacidades intelectuales y racionales para construir la realidad. Como yo decía la semana pasada en mi artículo “Dónde está la pelota”, la falta de orientación en la que estamos viviendo acabó con el Occidente como una especie de garantía de un mundo democrático. Trump y otros como Milei, “vendedores de profesión más que presidentes de señorío” (ya habrán leído en esta misma columna), son muy malas copias de aquellos dictadores que gobiernan sus países con fuerza y poder –del Estado y no precisamente del mercado– en lo que llamamos el mundo no democrático.
Me refiero a Putin y Xi-Jinping. Ahora Trump abandona la Unión Europea y se alía con ellos. En especial con Putin, quien es tributario de Xi-Jinping. Todo sea para mitigar sus gastos de expansión imperialista, que con sus impuestos y su deuda actual ya no los puede pagar, y para deshacer los negocios de su adversario reciente –Biden y su familia–, buscando los suyos, en el territorio de Ucrania ocupado por los rusos; por ejemplo, pretendiendo beneficios con los minerales raros, entre otros.
El Paraguay actual
Ahora hablemos del Paraguay. También en lo simbólico y en la calidad de su democracia. Acá es la misma cosa: el orden anterior ha desaparecido. Me estoy refiriendo a lo expresado la semana pasada con relación al fin del orden liberal internacional.
En el Paraguay también se acabó el orden anterior que era el del bipartidismo. El Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) casi ya no existe. En la identidad partidaria, la ANR lo supera en tres a uno. Y el grupo identitario, que es mayoría, es el de los sin partido. Independiente de todos. Esto se debe a que nadie le compite al Partido Colorado en la dimensión de lo simbólico. Menos aún en la vida práctica de la política, donde una buena parte de los opositores se han vendido o alquilado al quincho, y otros están formando fila para negociar. Y, por otro lado, nadie ya confía en los partidos políticos tradicionales.
En lo primero, lo simbólico, el movimiento HC se ha apropiado inteligentemente de los símbolos nacionales como si fueran suyos, sin que nadie haga lo mismo como rito de identidad.
El movimiento cartista con su eje cultural de “Dios, Patria y Familia”, falacia narrativa, toma posesión de la figura del Mariscal López, por ejemplo, organizando el más importante evento de homenaje al primero de marzo. Honor Colorado también se apropia del arte folclórico nacional, invirtiendo en una de las mejores emisoras FM de música paraguaya que tiene el país. De lejos. La escucho siempre cuando viajo. El Paraguay es un país conservador de tradiciones consistentes. Para lo bueno y para lo malo. Y la oposición no está ni ahí. Le dejan el arco libre al grupo económico que alquila la ANR.
En lo segundo, lo práctico, la oposición también sucumbe ante la falta de hombres de integridad y ante la falta de dinero, delante de las propuestas de la Avda. España. No olvidar a los parlamentarios de Payo, a un parlamentario del Chaco que pertenece a Patria Querida, y a otros tránsfugas que ni merecen ser nombrados. Ahora Dionisio Amarilla se apresta a presentarse como candidato a la presidencia del PLRA, probablemente, financiado con recursos no liberales. Business as usual. Es más, se podría sospechar cualquier cosa. Según documento del BID el 3,9 % del PIB se desvía y se malgasta anualmente desde el PGN en el Paraguay.
Es muy probable que el oficialismo, en el esquema que denuncia el BID, ya haya encontrado alguna forma innovadora para financiar las elecciones de su interés, sean las internas dentro del PLRA, las próximas municipales y las nacionales. Podría ser, por qué no. El programa Hambre Cero es muy apetitoso, con millones de dólares concentrados en poquísimas empresas adjudicadas, tal como se explica más abajo. Ni hablar de la narcopolítica y los chats de Lalo que muestran la corrupción en modo tan descarnado.
Mesa de crisis
En la semana pasada una mesa de crisis se instaló en el Paraguay, a instancias, desesperadas, del Gobierno Nacional. La primera reunión de dicha mesa comenzó en donde está el poder real, con una convocatoria de urgencia del comando de HC en el quincho. Y al día siguiente, para escenificar lo decidido en la primera llamada, se instala de nuevo la mesa de crisis, ahora con los ministros. Como siempre suelo decir, en Paraguay, las políticas públicas y las decisiones en lo público solo se motorizan con crisis. Alguien debe morir, así sale mejor. Lamentable. Nadie sabe cómo se hacen políticas públicas en ausencia de crisis, simulándolas en la mente, para evitar los daños en la realidad.
Todo esto se vivía casi en la secuencia al escándalo en el Salón Oval de la Casa Blanca entre Trump y Zelenski. Pero, oh sorpresa, la cuestión paraguaya no era geopolítica. Era una crisis peor. Una madre y una directora de un centro educativo de Central acertaron al estómago del buque insignia del Gobierno Nacional (y de las próximas elecciones) que tiene un presupuesto cercano a los quinientos millones de dólares por año. Estas damas denunciaron que la comida que recibían los alumnos con el programa Hambre Cero era de pésima calidad. El problema del kure caldo apestoso perforó la línea de flotación del oficialismo.
Al día siguiente, la empresa proveedora cambió radicalmente el menú a un arroz quesu, en modo risotto gourmet, y llevó hasta manteles para agradar a los comensales. Se puede. El que hizo de abogado defensor de la empresa proveedora, un tal Tadeo Rojas, que se disfraza de ministro de Acción Social, con el ministro del MEC –quienes deberían actuar como exigentes clientes del proveedor– montaron en ira amenazando con sanciones a la docente que manifestó la insatisfacción. Calificaron de mala fe a la madre y a la profesora. El MEC se pasó. Dijeron que no estaban de acuerdo con el accionar de las denunciantes. El Sr. Rojas pasó vergüenza cuando contó a la prensa que ambas se habían rectificado. Entrevistada por Radio Monumental, en modo reiterativo, la madre afectada dijo que ella se ratificaba en sus denuncias. Supongo que la falla en la comida era algo más grave que la guerra de Ucrania, a juzgar por los nervios de las autoridades. Para peor, luego de un simulacro de inauguración de unidad de terapia intensiva de niños en un hospital en Villarrica, fallece un bebé de la zona al que le negaron dicho servicio, porque no estaba funcionando.
Mi supuesto es que la Ley Magnitsky ha venido impidiendo la abundancia de recursos para financiar la satisfacción del hambre de los acólitos al poder real, que reside en el quincho, y a los seguidores del poder formal representado por el presidente, quienes no conocen otra forma de vida. Es el modelo de sustentación del Honor Colorado. Ergo, es probable, en una hipótesis no imposible, que el Hambre Cero era y es una gran innovación al sistema, para compensar el daño de las sanciones estadounidenses.
Si las proveedoras de comida escolar, supuestamente, llegan a ser afectadas por las denuncias escueleras, deberán mejorar sustancialmente la calidad de sus alimentos. Eso supone costos mayores y márgenes menores. Lo segundo representa recursos a la baja. Se entiende. Calculando, el presupuesto del Hambre Cero, que representa quinientos millones de dólares por año, daría un total de dos mil millones de dólares en cuatro años. Recalculando un veinte por ciento, eso representa cuatrocientos millones de dólares de recursos especiales de uso discrecional.
Repitamos, el BID dice en su informe que casi el cuatro por ciento del PIB se debe considerar como malgasto y robo en el PGN del Paraguay a cada año. La crisis en el Salón Oval en Washington, donde también se habló de la plata, y las crisis de la escuela de M.R. Alonso y del Hospital de Villarrica, respectivamente, podrían tener repercusiones gravísimas en recursos especiales y reputación para los próximos años.
Es por eso por lo que J. Vance y T. Rojas estaban tan nerviosos que reprendieron a quienes denunciaron las anomalías.
Sincericidios
Como broche de oro, la mesa de crisis del presidente Peña tuvo como vocero para la prensa a un acongojado y rabioso Enrique Riera, ministro del Interior. Hizo lo que no se debe hacer. Hablar en público luego de recibir reprimendas de jefes, todavía muy nervioso. La semiótica de su discurso fue espectacular.
Todo mal. El vocero dijo que no era fácil despertarse todas las mañanas viendo que los medios y la gente en las redes, todos los días, solo critican al Gobierno del cual él forma parte. La gente le respondió que, si eso le dolía mucho, podría ganarse la vida laburando en el sector privado. En otro momento, justificando lo mucho que ahora se está haciendo con las comidas escolares, dijo que hubiera sido más fácil seguir en lo mismo, así como él puede garantizar que desde hace más de cuarenta años es la rutina política para poder sobrevivir: “No hacer nada”.
Se expresó como un gerente de la pobreza que cuenta cuál es su trabajo. Qué tal. Luego, el locuaz ministro cometió otro brutal sincericidio. Dijo que, por primera vez en la historia, en un país como Paraguay, que produce alimentos para más de cien millones de personas, se le da un plato de comida todos los días a un millón y doscientos mil de sus niños que necesitan.
Cualquiera hubiera pensado que era un opositor al grupo político que maneja el país desde hace más de setenta años, hablando mal de gobiernos de su partido. Todo salió atravesado.
Finalmente, la oposición interna dentro de la misma ANR todavía no arranca. Y en el oficialismo, los candidatos presidenciales de alta gama 2028, todos superhombres –nunca seccionaleros del bajo clero, aunque sean colorados de raza–, esperan ser escogidos por el quincho, en algún momento dado. Sea gente del fútbol –deporte, papá– o del mundo de los negocios.
Saludos cordiales.