Los costos varían de acuerdo al estado en que se encuentran, pero también se tendrá en cuenta el valor histórico, atendiendo a que se adquirieron en el 2003.
Los precios iniciales para la subasta están por encima de los G. 1.000.000, en el caso de los sillones, en general y uno que correspondía a la presidencia G. 5.000.000.
Estos estarán expuestos en el hall central del edificio del Congreso a partir del próximo martes 11.
“Tenemos un lote correspondiente a sillas y un lote correspondiente a vehículos. Son 117 sillas y 6 vehículos”, comentó la directora administrativa del Congreso, Analía Brítez, a la prensa.
“Varía el precio de las sillas. El sillón presidencial tengo dos, pero uno está en mal estado, casi 2.000.000 y en buen estado 5.000.00. Los siguientes desde 1.300.000”, comentó la funcionaria.
Indicó que hasta un tasador fue a mirar, y que el mismo sugirió tener en cuenta también la parte histórica a la hora de establecer los montos, y tener mayor recaudación.
Especificó que se trata de sillones que se usaron desde el año 2003 hasta el 2023, y que por lo tanto se usaron en varios periodos, durante los últimos 20 años.
Mencionó que la mayoría de los sillones tienen averías ya por el uso, y aclaró que con esos montos mencionados se comienza la subasta.
“Reparar estos sillones resultaba más oneroso que comprar. Estamos obligados a comprar sillones nuevos”, alegó la directora general.
Trajo a colación que el remate está dirigido a los interesados en general, ya que es público, y que se eligió a una rematadora por sorteo, entre los 20 que se presentaron.
En cuanto a los vehículos, refirió que uno es el que está en buen estado con un precio base de G. 24.000.000.
Remarcó que se exhibirán a partir de hoy en el estacionamiento frente al Congreso, para todos los interesados.
En cuanto al destino de los recursos obtenidos, refirió que tiene que hacerse un trámite administrativo y que debe volver al presupuesto.
“Vuelve a las arcas de la institución rematadora, vía ampliación. En su momento se va a disponer cómo se va a utilizar”, manifestó.
costosa compra. En pleno receso parlamentario, se habían adquirido los sillones que tenían un precio unitario de G. 5.700.000, y prácticamente se renovó para Senado, Diputados y Bicameral.
“Los sillones ya son del año 2003, cuando se inauguró el Congreso. Ya tienen 20 años”, había señalado el titular del Congreso Silvio Ovelar, justificando la compra.
“Cada cierto tiempo se tiene que reparar. Contrataciones Públicas ya no permite porque es más costoso que uno nuevo. Ameritaba”, había dicho a los periodistas.
“Los colegas me dicen ‘mi sillón ya no anda’, pero en público hacen una exposición extraordinaria, que la austeridad, que péa que amóa (esto o aquello), pero en privado te dicen otra cosa”, despotricó.
Había indicado que los sillones que ya cumplieron su vida útil serían desechados, de acuerdo con la exigencia de Contrataciones Públicas, aunque no se descarta la posibilidad de donar, pero sería otro proceso. Posteriormente, se resolvió llevar a remate.
“El precio de cada sillón es G. 5.700.000. Fue una subasta a la baja. No es que se compra y tiene una durabilidad de 5 o 3 años. No es solo para sesiones parlamentarias, sino audiencias, y el uso es muy intenso”, fue lo que había señalado el director administrativo, Rubén Vázquez.
6 vehículos también forman parte de la subasta, algunos desde G. 2.700.000, y uno desde 24.400.000.