El legislador, a pesar de contar con sendos procesos judiciales, sigue ocupando su banca, cuando otros de sus anteriores colegas fueron expulsados sin que se haya tenido en cuenta las causales para pérdida de investidura, como el caso de Paraguayo Cubas. El mayor pecado de este último fueron sus escándalos, acusaciones contra empresarios, haberle derramado agua a Juan Carlos Galaverna y darle un akãpete (golpe en la cabeza) a un uniformado en Ciudad del Este.
Zacarías, sin embargo, sigue gozando del respaldo de sus pares, en medio de la solicitud de un desafuero que tenía que haberse tratado días pasados. La excusa perfecta fue que no tenía dictamen de la comisión de Asuntos Constitucionales, cuyo presidente es justamente su aliado del cartismo, Juan Darío Monges.
Luego de la acusación por supuesto enriquecimiento ilícito, aparecieron otras más por producción de documento falso y hasta lesión de confianza. Está involucrada incluso su esposa, la ex intendente de Ciudad del Este, Sandra McLeod. La acusación es por desvío de G. 2.100 millones y G. 3.700 millones, en el que están involucrados otras personas cercanas a la polémica pareja.
LOS QUE SE FUERON. Cinco fueron los que tuvieron que irse de la Cámara Alta por diferentes situaciones en las que se vieron involucrados, dos de ellos ya en el periodo anterior que volvió a afectarles en el retorno.
El cartista Óscar González Daher y Jorge Oviedo Matto del Unace fueron los primeros en recibir la máxima sanción del Senado que es la expulsión, con la figura constitucional de la pérdida de investidura.
El luqueño era titular del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, y el oviedista miembro de este organismo. Fueron salpicados por una serie de audios por denuncias de tráfico de influencia. González Daher fue echado, mientras que Oviedo Matto suplicó que le acepten la renuncia.
Fueron reelectos ambos como senadores en este periodo, pero finalmente ante la presión, no pudieron volver a ocupar sus bancas, por lo que quedaron fuera.
El cartista Víctor Bogado fue otro de los que tuvo que irse. Primero a duras penas fue desaforado, ya que sus colegas en mayoría se abroquelaron a favor. Fue por el caso de la niñera de oro, Gabriela Quintana, quien percibía doble remuneración.
El liberal llanista Dionisio Amarilla también se fue, luego de difundirse un video en el que abogaba por la licitación de una empresa privada, que era de seguridad, que estaba interesada en el IPS (Instituto de Previsión Social).El último en irse fue Payo Cubas, quien anteriormente ya había sido suspendido en dos ocasiones por los incidentes que protagonizó en la Cámara Alta con varios de sus colegas.
Desde su banca, Zacarías Irún no solo vio cómo sus colegas perdieron su banca, sino que con su voto acompañó la expulsión de varios de ellos, y él sigue campante.