El ataúd de roble de la soberana está cubierto con el estandarte real de Escocia y sobre este se ha depositado una corona de flores.
Con la salida del castillo —sobre las 10:07 hora local (09:07 GMT)—, el coche fúnebre inició así un trayecto de unos 200 km hasta llegar al palacio de Holyroodhouse, residencia real en Edimburgo, pasando por varias localidades escocesas, entre ellas el pueblo de Ballater, próximo a Balmoral.
Detrás del coche que lleva los restos de Isabel II, viaja en otro con la insignia real la hija de la reina, la princesa Ana, y el marido de esta, Tim Laurence, en una jornada soleada hoy, en Escocia.
Por algunas localidades, el cortejo avanzará a paso lento para que la mayor cantidad posible de gente pueda despedir a la reina, que todos los veranos pasaba sus vacaciones en Escocia.
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El trayecto hasta Edimburgo, que durará unas seis horas, cubrirá, además de Ballater, las localidades de Aberdeen y Dundee.
El féretro con los restos mortales de la reina entrará sobre las 15:00 GMT en el palacio de Holyroodhouse antes de que este lunes sea trasladado hasta la cercana catedral de St. Giles.
Así, el cortejo fúnebre saldrá el lunes de la residencia real para avanzar en procesión por la avenida Royal Mile —que une Holyroodhouse con el castillo de Edimburgo— hasta St. Giles, donde habrá un servicio religioso al que asistirán miembros de la familia real, incluido el rey Carlos III.
El ataúd de la soberana permanecerá unas 24 horas en la catedral para que la población pueda rendirle tributo.
El martes, los restos mortales serán llevados a la capital británica de cara al funeral de Estado que tendrá lugar el próximo 19 de setiembre, en la Abadía de Westminster.
Aunque en un principio estaba previsto que el féretro fuera llevado en el tren real desde la estación de Waverley, en Edimburgo, hasta la estación de King’s Cross, en Londres, lo hará en un avión oficial en el que viajará la princesa Ana.