@marthegarza
Berlín. Alemania
La pandemia del coronavirus Covid-19 sigue avanzando y si bien llegan mejores noticias desde China, Estados Unidos empeora diariamente su situación, Europa todavía no avizora una clara “luz al final del túnel” y Latinoamérica tiembla ante los primeros efectos en un sistema de salud que es evidentemente incapaz de sostener una emergencia de esta magnitud.
Con el paso de las semanas y a pesar del alcance global de esta enfermedad, siguen surgiendo más preguntas que respuestas alrededor de temas básicos como las medidas de prevención mediante las restricciones al contacto social, la eficacia de los tests de diagnóstico y a quiénes aplicárselos, el tono de los mensajes que deben emitir los líderes políticos y en qué momento, al igual que los modelos de administración del sistema de salud en los países.
Para Jens Holst, médico internista y salubrista -profesor de Medicina con enfoque especial en la salud mundial de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Fulda, en Alemania- el mundo es en este momento “un gran laboratorio”.
Además de la carrera por desarrollar una vacuna contra el Covid-19 y técnicas de tratamiento de la enfermedad, países como Alemania aparentemente deben repensar el concepto de eficiencia del modelo de salud pública.
El experto advierte que las principales amenazas para esta nación europea constituyen el deterioro que ha sufrido en los últimos años la inversión destinada a tareas de prevención y vigilancia epidemiológica, y las consecuencias del enfoque en la eficiencia monetaria en la atención médica.
“Es difícil ver todavía el impacto de este descuido, esta falta de inversión, pero ya hay reclamos de los empleados del sistema por falta de mano de obra, que no lograría cubrir la elevada demanda en una situación epidémica. Todos los hospitales tienen que trabajar de forma rentable, y eso significa también ahorrar gastos: ahorrar gastos en un sector que depende de la mano de obra, eso suele significar normalmente recortes de personal”, relata.
“Eso trae la consecuencia de que las condiciones de trabajo, sobre todo de los enfermeros, han empeorado mucho durante los últimos años porque tienen que trabajar más y por una creciente burocratización. Tampoco el pago es muy atractivo”, agrega.
Holst reconoce que esta falencia constituye todavía un riesgo potencial y Alemania está recibiendo inclusive a pacientes de Italia, Francia y Países Bajos, debido a que la cantidad de enfermos graves aún no desafía a la capacidad instalada para la prestación de servicios de salud. Sin embargo, advierte que este país aún no ha alcanzado el auge de la ola de la epidemia.
La baja letalidad
Uno de los aspectos que más llaman la atención en cuanto a la presencia del nuevo coronavirus en Alemania es la menor incidencia de personas fallecidas respecto al número de casos confirmados, en comparación con otros países también altamente afectados.
A poco más de dos meses de la detección del primer caso, Alemania registra un total de 2.349 muertes relacionadas con el Covid-19, monto que representa el 2% del total de 113.296 infectados, hasta el mediodía del jueves 9 de abril.
Esta letalidad es muy inferior a la que enfrentan España, Italia y Francia, donde la proporción de muertes respecto a personas infectadas se encuentra en 10%; 12,5% y 13%; respectivamente. Mientras tanto, en EEUU la incidencia está en 3,5% y en el Reino Unido, en 11,5%.
Independientemente a las discusiones alrededor del registro de personas fallecidas “por” coronavirus o “con” coronavirus, Jens Holst ensaya posibles explicaciones a esta menor letalidad del Covid-19 en Alemania. Acude a un análisis de la capacidad de respuesta de los hospitales -con alrededor de 28.000 camas de terapia intensiva, número que se planea duplicar, según medios alemanes- y la manera en que se efectúan los tests de diagnóstico -hasta 500.000 por semana y con la intención de aumentarlas a 200.000 diarios-.
En este último punto, explica que mientras en Italia se optó por realizar los tests en enfermos serios, en Alemania se aplican los tests disponibles también a personas con sospecha de estar infectadas con coronavirus. “Esa es una preselección bastante diferente, que explica las diferencias entre el número de infectados y el número de muertos”, sostiene.
Estos métodos de diagnóstico también generan ciertas dudas. “El test no refleja la situación epidemiológica de forma objetiva, porque es posible que haya muchos casos que no perciben síntomas. Otra debilidad del test es que no logra distinguir perfectamente entre los distintos tipos de coronavirus: todavía hay preguntas sobre el subtipo de coronavirus que detecta el test”, asevera el académico.
El éxito de las cuarentenas
El acierto de disponer toques de queda absolutos -como en España e Italia- o medidas graduales de restricción al contacto social -como en Alemania- para contener la propagación del Covid-19 también será un tema de investigación científica para concluir cuáles son las medidas más efectivas ante este tipo de emergencias.
Al respecto, Holst destaca que la canciller Angela Merkel usó un tono más cauteloso en sus mensajes a la población alemana, diferente a la mención a la guerra que por su parte pronunció el presidente de Francia, Emmanuel Macron. “Ese tono más cauteloso fue convincente en términos de que evitó crear demasiado miedo en la población, evitó medidas drásticas al principio, que hay que ver hasta qué medida son efectivas”, asevera.
Esta semana, en Berlín se suavizaron levemente las restricciones a las actividades que se pueden realizar fuera de casa. Si bien se mantiene la disposición del cierre de comercios que no se dediquen a la venta de alimentos y productos de higiene, así como la prohibición de salir en grupos de más de dos personas -a no ser que se trate del núcleo familiar con el que se comparte la vivienda-, ahora está permitido visitar los parques para sentarse a tomar un descanso o leer un libro, no solamente para realizar ejercicios físicos.
También continúa la regla de mantener al menos el metro y medio de distancia entre las personas, y la prohibición de hacer parrilladas en los parques. Para este fin de semana, la policía de Berlín prevé duplicar su número de agentes, a fin de llegar a una cobertura de 500 efectivos de día y 200 por las noches, según publicó el diario Der Tagesspiegel. De esta manera, se refuerza la vigilancia del cumplimiento de las normas de distanciamiento social, principalmente en parques y plazas, atendiendo a la mayor afluencia de personas que se espera durante las vacaciones de Pascua y el clima primaveral que en los últimos días sobrepasó los 20 grados de máxima.
Los restaurantes pueden vender comida para llevar, pero los clientes no pueden consumir los alimentos cerca de los sitios donde los compraron. Los días soleados y más cálidos generaron también una mayor apertura de puestos de venta de alimentos, como heladerías y cafés, en respuesta a una población que aprovecha los pequeños espacios de libertad para salir a disfrutar del aire libre.
En Alemania, estas medidas se extendieron hasta el 19 de abril.
Estadísticas. Alemania se mantiene como el cuarto país más afectado por la pandemia de Covid-19. En el primer lugar se ubica EEUU, con 432.438 casos y 14.808 muertes; le siguen España, con 148.220 infectados y 14.792 fallecidos, e Italia, con 113.422 casos y 17.669 decesos, según registros de la Universidad Johns-Hopkins.
Francia suma 83.080 personas infectadas, de las cuales 10.887 perdieron la vida, mientras que China sigue retrocediendo en su ubicación respecto a otros países, con 82.883 casos y 3.339 muertes, Irán registra 64.586 casos y 3.993 fallecimientos, y el Reino Unido cuenta con 61.487 diagnosticados, con 7.111 decesos.