Los autores sugieren que este hallazgo indica que la placenta protege al feto del Covid-19 y que la transmisión vertical de la madre al feto podría tratarse de un acontecimiento poco frecuente.
Esta es la principal conclusión de un estudio dirigido por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH) y realizado por la Universidad de Michigan, entre otras.
Aunque la mayoría de las embarazadas infectadas por el SARS-CoV-2 son asintomáticas o sufren síntomas leves, algunas investigaciones han demostrado que estas mujeres pueden tener un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad grave.
Sin embargo, se sabe poco sobre cómo afecta la enfermedad asintomática o leve a la interfaz feto-materna y a la salud del bebé.
Para determinar el impacto de la infección por el SARS-CoV-2 durante el embarazo, el equipo de la ginecóloga Nardhy Gómez-López reclutó a 23 mujeres: doce embarazadas que se habían contagiado durante el embarazo y once sanas (grupo control).
De las que dieron positivo, ocho tenían infecciones asintomáticas, una mostraba síntomas leves y tres tenían Covid-19 grave y necesitaron oxígeno.
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Confirmaron que la exposición al virus provocaba una respuesta inmunitaria inflamatoria tanto en la placenta como en la sangre de las madres y los bebés.
No obstante, descubrieron que aunque los anticuerpos maternos contra el SARS-CoV-2 pasaban a través de la placenta al lactante, no encontraron anticuerpos ni en el feto ni en la placenta, lo que demuestra que este tejido protege al feto de la infección.
Los autores creen que este hallazgo proporciona información sobre las respuestas inmunitarias materno-fetales en la infección por SARS-CoV-2 e indica que la transmisión vertical de la madre al feto puede ser un acontecimiento poco frecuente.
Sin embargo, piden precaución, dado el reducido número de casos de Covid-19 grave durante el estudio.