06 jul. 2024

El crack chipero: Con la canasta llena de sueños, entre la pasión del fútbol y la lucha diaria

Sebastián Amarilla Villar tiene 18 años y forma parte del plantel del Club Atlético Porvenir de la Liga Roquealonseña. Luego de deslumbrar en cada partido se dedica a vender chipa en los estadios. Trabaja en el rubro desde los 12 años.

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Sebastián Amarilla Villar

Me llamo Sebastián Amarilla Villar, tengo 18 años, y soy oriundo de la ciudad de Caacupé del barrio Puku. Terminé mis estudios secundarios y actualmente soy jugador delantero de la Reserva del Club Atlético Porvenir de la Liga de Mariano Roque Alonso.

Desde los 12 años acompañaba a mi papá a la cancha para vender chipa en los partidos de fútbol porque toda mi familia se dedica a esto desde que nací; la abuela de mi papá ya se dedicaba a cocinar y realizar la venta de chipa tradicional. Desde niño me llamaba la atención el fútbol y mi sueño siempre fue convertirme en un jugador profesional, pero yo no tenía tanto tiempo para practicar porque tenía que trabajar para ayudar a mis padres y cocinar para luego vender las chipas en la cancha y también debía estudiar al mismo tiempo.

Puedo decir que mi infancia fue un poco difícil porque otros chicos de mi edad podían salir y hacer otras actividades porque solo tenían que ir a la escuela, pero yo desde pequeño supe lo que era ser independiente y tener responsabilidades con las tareas de mi casa.

Gracias a Dios nunca me faltó nada porque mis padres siempre hicieron lo posible con arduo trabajo. Ellos me brindaron todo lo necesario para el colegio como los útiles, mi uniforme, entre otros gastos. Además, superamos una crisis cuando mi papá se enfermó y no podía trabajar en ese tiempo y la situación se volvió más complicada, pero afortunadamente hoy en día no nos falta nada y mis padres se encuentran fuertes y sanos para seguir trabajando.

Todos los días me levanto a las 04:00 de la mañana para empezar a preparar la chipa con mis padres porque el proceso lleva un poquito de tiempo y luego nos vamos a vender en la ciudad de Mariano Roque Alonso, ya tenemos nuestro recorrido habitual. Viajo entre tres y cuatro horas cada viaje desde Caacupé a Mariano y es una rutina diaria que realizo desde que tenía 12 años con mi familia.

Por la mañana me dedico a vender chipa con mi familia, a la tarde me dedico a estudiar para ser técnico en reparación de celulares porque también me gustaría implementar mi propio negocio y solventar los gastos de la casa y luego voy a mi entrenamiento de fútbol. Cuando llego a mi entrenamiento me voy junto a los profesores y después me preparo para jugar. Mi canasta dejo en el club y cuando termino con el entrenamiento me cambio la ropa y me dedico a vender las chipas también por la tarde, tengo a mi clientela que siempre me está apoyando.

Tercer tiempo

Después de jugar cada partido grande me dedico a vender las chipas en la cancha y vendo todo de inmediato, por suerte, tengo mucho apoyo de mi familia y amigos. Mis padres me están apoyando con mi sueño de ser futbolista, por ejemplo, ellos me dan dinero para mi pasaje cuando no tengo o me compran los equipos deportivos que necesito. Agradezco a mi familia por estar siempre apoyándome, esto me ayuda a salir adelante y no rendirme porque es algo que ellos me inculcaron desde niño y toda mi vida voy a valorar estas enseñanzas.

Esta oportunidad que me brindó el Club Atlético Porvenir aún es algo que no puedo creer, porque me parecía un sueño inalcanzable y muy difícil, pero como todos dicen, hay que intentar y darse una oportunidad a uno mismo y confiar en tus capacidades. Tengo mucho apoyo de mis compañeros y de mi entrenador desde el primer día que entré al equipo.

sueño

Uno de mis mayores sueños es jugar en Primera en la Selección Paraguaya y poder representar a la Albirroja a nivel mundial. Una gran inspiración para mí es el jugador Nelson Haedo Valdez porque siempre me gustó su historia de vida, él es un ejemplo de superación y eso solo me motiva más día a día porque él también luchó mucho por su sueño y le costó llegar a donde está, él realmente tuvo una vida difícil, pero nunca se rindió, luchó y, finalmente, triunfó en el fútbol, por eso es una persona muy admirable para mí.

Otro objetivo en la vida que tengo es que cuando yo llegue a ser jugador profesional darle todo a mis padres y que dejen de trabajar porque se sacrifican todos los días y no tienen descanso. Ellos trabajan sin parar y también los fines de semana, feriados y no tienen tiempo para disfrutar de muchas cosas. Quiero brindarle lo mejor a ellos en agradecimiento por todo lo que se sacrificaron por mí en la vida.

perseverancia

Hay que ser perseverante y, sobre todo, luchar y tratar de conseguir lo que te proponés. Le digo a los jóvenes que no tienen que decaer ante las adversidades. Es difícil, pero que hay que ser perseverante. A veces llega un momento difícil de la vida en donde sentís que no podés luchar más, pero hay que intentar, volver a levantarse y seguir adelante. Me siento demasiado feliz por la oportunidad que me dio mi equipo, voy a entrenar todos los días para mejorar y superarme para llegar a las grandes ligas. Todos los días me esfuerzo practicando demostrando mis habilidades y es un gran desafío para mí.

Insto a los jóvenes que tengan un sueño parecido al mío para que luchen por alcanzarlo, porque aprendí con la vida que todo se logra y nada es imposible. Ayuden a sus padres, los padres se sacrifican toda la vida por su hijo, uno debe retribuirles y todo implica sacrificio y es muy satisfactorio poder ver los frutos de tus propios esfuerzos, nunca hay que dejar de ser perseverantes.

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Sebastián Amarilla Villar

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