De acuerdo a los datos que registran las distintas agencias gubernamentales encargadas de reprimir el tráfico y el consumo de drogas, los adictos al crack son ricos y pobres. Sin embargo, apuntaron, todos tienen una característica común: generalmente tienen entre 12 y 18 años.
Como la dosis mínima pueden conseguirse a tan sólo 10 mil guaraníes y los puntos de venta se multiplican paulatinamente, según los datos de las autoridades, el estupefaciente está cada vez más al alcance de cualquier joven estudiante con un poco de dinero en su billetera.
La “piedrita” que se compra por este mínimo precio es suficiente para tres o cuatro pitadas y su efecto dura menos de media hora.
Es por eso, indicaron los agentes de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), que el consumo de crack generalmente conduce a otros delitos, tales como el robo o el asalto.
En ese sentido señalaron que si bien el precio de la marihuana también es bajo y su comercialización es alta en la capital y Central, su poder adictivo es mucho menor y sus efectos no son tan dañinos para el organismo.
Asimismo, explicaron que la cocaína también fue desplazada por el crack. El polvo blanco es un poco más difícil de conseguir y su precio es mucho más elevado.
Finalmente, aseguraron que el éxtasis y otros fuertes alucinógenos hasta el momento están reservados para las personas con mayor poder adquisitivo.
De acuerdo a las estadísticas de la Senad, los barrios capitalinos aledaños al río Paraguay son las zonas en donde más se comercializa la droga, no obstante, señalaron los agentes, hoy en día la droga puede también ser adquirida por los jóvenes de barrios residenciales. “El peligro ya no es la marihuana o la cola de zapatero; es el crack”, aseguró Miguel Chaparro, de la Senad.
CASOS. En la tarde del lunes 7 de diciembre, Alfredo Pascual Carísimo Mora (20) estaba fumando crack con su hermano Marcos en la casa de la madre, en el barrio Santa Ana.
Tras varias horas de consumo, surgió una pelea entre los hermanos, que derivó con la muerte de uno de ellos.
“Apuñalé a mi hermano por crack. No me quiso invitar más,” contó Alfredo el día siguiente, desde el calabozo de una comisaría.
Tres días después, Narcóticos detuvo a seis miembros de una familia por vender la droga en el barrio Santa Rosa de Trinidad.
En la vivienda fueron encontradas 131 piedritas de crack, que totalizaban 32,2 gramos, y varios tocos de marihuana que pesaron en total 37,2 g.
La cifra
millones de guaraníes. Este es el precio estimativo de un kilo de crack, según los datos que poseen los agentes de la Senad. En lo que va del 2009, la Secretaría antinarcóticos sólo se incautó de un poco más de un kilo. En ese sentido, explicaron que una dosis de 10 mil guaraníes casi no pesa un gramo. Además de instalarse cerca de instituciones educativas, los microtraficantes adoptaron modalidades como el delivery, informaron.