El producto interno bruto trimestral registró un crecimiento interanual del 4,3% en el primer trimestre de 2024, según los datos del Banco Central del Paraguay, por lo que se espera un buen comportamiento de este indicador para el presente año. No obstante, es necesario que se implementen políticas para garantizar que el aumento de la producción se refleje en mejores indicadores de empleo. Paraguay cuenta con ministerios y recursos para lograr un crecimiento más inclusivo, pero ello requiere el compromiso de funcionarios y políticos.
El primer trimestre de 2024 augura buen resultado macroeconómico para el año. Desde el enfoque de la oferta, se verificó un desempeño positivo en los servicios, las manufacturas, la ganadería, electricidad y agua y, en una menor medida, la agricultura. Por otro lado, el resultado negativo en el área de la construcción logra atenuar el desempeño favorable de la actividad económica.
Desde la perspectiva del gasto, se observó un repunte de la demanda interna. Por componentes, prevaleció la incidencia favorable del consumo total que continuó con su expansión, mientras que la formación bruta de capital muestra una trayectoria de caída más moderada con relación a lo observado en el 2023.
La demanda externa muestra una dinámica favorable explicada principalmente por las exportaciones de bienes, entre las que se registraron dinámicas favorables en las exportaciones de soja, aceites y grasas vegetales, además de productos de molinería y panadería.
Las importaciones de bienes y servicios, así como de maquinarias y equipos, combustibles y lubricantes y productos del hierro y no ferrosos muestran un importante aumento.
Las proyecciones respecto al crecimiento del PIB para el año 2024 se ubican en 3,8%, coincidiendo diferentes fuentes como el BCP, organismos internacionales y varias consultoras del sector privado.
A nivel regional, Paraguay tuvo el aumento más importante en comparación con Brasil, Chile, Perú, Colombia, Uruguay. Argentina experimentó una caída del 5,1%.
La proyección del 3,8% para Paraguay supera ampliamente el promedio estimado para América Latina de 1,9%, siendo nuestro país el mejor posicionado, siguiéndole Uruguay con el 3,6%. Solo Venezuela supera a Paraguay con una proyección del 4,0%.
Mucho se ha hablado en Paraguay acerca del impacto del PIB en variables que vayan más allá de los grandes agregados macroeconómicos como el ingreso nacional.
En general, ya sabemos tanto por experiencia propia como por la evidencia empírica internacional que solo el crecimiento económico no conlleva con mejoras en otros ámbitos, aunque sí es una condición necesaria.
No se puede negar la relevancia del aumento del producto en la generación de nuevos empleos, pero tampoco debe perderse de vista la necesidad de que estos empleos sean de calidad. Empleos con ingresos bajos, sin seguridad social y sin acceso a otros beneficios, como la posibilidad de ser parte de una red social que integre intereses y aspiraciones comunes no ayudan a construir cimientos fuertes para la sostenibilidad de crecimiento y para transitar hacia el desarrollo.
Un empleo adecuado en términos de productividad, ingresos y condiciones permite a las personas proyectarse a futuro, asumiendo mayores riesgos en las decisiones que tienen impacto a largo plazo tales como el ahorro, la construcción de una vivienda, la continuidad de los estudios o la creación o ampliación de un negocio. Es necesario implementar políticas para garantizar que el aumento de la producción se refleje en mejores indicadores de empleo, como la formalización y el, aumento de los ingresos reales; tenemos recursos pero se requiere el compromiso de funcionarios políticos y de carrera en sus respectivas funciones.
Dada la excelente perspectiva del PIB, se espera que el Gobierno implemente medidas de manera que los beneficios derivados del mismo se redistribuyan en la población, ya sea a través de mejores empleos para los adultos y mejores servicios de salud, educación y protección social para el resto.