La medida decretada por el Poder Ejecutivo, a cargo del presidente de la República, Santiago Peña, de investir de mayor poder dentro de su gobierno al Gabinete Civil, a cargo de la ex ministra de Hacienda Lea Giménez, causó malestar en filas del oficialismo, en particular en el vicepresidente Pedro Alliana, quien sigue siendo el nexo constitucional.
Sin embargo, Lea también tendrá atribuciones de representar a Peña.
A regañadientes, legisladores del cartismo interpretan la medida que recorta atribuciones al vicepresidente.
El organigrama de Peña se da luego de maniobras políticas que se adjudican a Alliana y que afectaron últimamente a la presidencia, como el plan de aumentazo, el criterio de defensa corporativa al senador David Rivas, entre otros.
El Ejecutivo, dentro de sus prerrogativas, otorgó a Lea (su sombra en el poder) más control dentro del manejo de la presidencia.
PEÑISMO. La reacción en carpas oficialistas fue de preocupación, atendiendo a que para la dirigencia colorada el acceso a Lea es prácticamente nulo a diferencia de Alliana, a quien por la naturaleza propia de la atribución que le otorga la Constitución Nacional actúa como nexo con el Legislativo, instancia a la que llegan la mayoría de los pedidos de las bases a través de los diputados y senadores.
Hasta ahora, las acciones políticas del Gobierno le estaban confiadas a Alliana, pero en muy corto tiempo estallaron crisis, como el aumentazo fallido para parlamentarios, el caso Rivas y la propia finca 916 en la que se vio salpicado el cartismo, incomodó al presidente tomando la decisión de reimpulsar la figura de Lea.
Por encima. Con el Decreto 639, por el cual se establece una nueva estructura del Gabinete Civil, quedan bajo la supervisión de Lea la Asesoría Jurídica de la Presidencia, la asesoría política (afectando a José Alberto Alderete). También la Secretaría privada, la Dirección de Administración y Finanzas, la Oficina de la Primera Dama. Puede hasta suscribir convenios de cooperación con instituciones públicas u organizaciones internacionales.
Esta decisión también refuerza la idea de que se proyecta un incipiente peñismo, reimpulsando a actores de su confianza y sacando de en medio a figuras como Alliana y el propio Alderete, que son piezas más afines al presidente de la ANR, Horacio Cartes.
Peña asegura que los pedidos de la dirigencia no le estarán zumbando directamente al oído y distrayéndolo de la acción de gobierno. Todo lo contrario, significa la relación Peña-Alliana, sacando el hecho de que al interior del partido se maneja que el segundo podría esperar un tropezón del presidente para pretender el sillón presidencial.
Es que dejando de lado este periodo, Alliana ya apunta al siguiente 2028-2033 y por eso necesita consolidar su imagen ante las bases.
Esta medida que surge desde Mburuvicha Róga, de que Alliana trabaje bajo la sombra de Giménez, hará más difícil que el vicepresidente conecte con los parlamentarios y las bases, que de hecho, ya están resintiendo los efectos de la burocracia, puesto que los pedidos ya se canalizan en al menos tres a cinco cabezas. Algunos de los actores de gobierno que tienen poder de decisión ejecutiva son Alliana; el ministro de MUVH, Juan Carlos Baruja, y desde luego, Horacio Cartes. La jefa de Gabinete a la que se le otorgaron más atribuciones, además de erigirse por encima de actores políticos, cobra por encima de G. 80 millones como consejera de Itaipú y coordinadora del equipo negociador del Anexo C.
Lo que dice la ley
Mano derecha. Participar de las reuniones, ceremonias o actos de la Presidencia cuando el mandatario no pueda estar presente.Representar a Paraguay ante asambleas y órganos internacionales o bilaterales.
Representación. Suscribir convenios de cooperación con instituciones públicas u organizaciones internacionales.
Contralora de otros entes. Pedir informes a todos los ministerios y secretarías.
Más atribuciones. Tiene a su cargo asesoría jurídica y política de la Presidencia, además de la Dirección de Administración y Finanzas.